Gonzalo Guerrero (1470 – 1536) fue un onubense que hacia 1511 se alistó en una expedición desde España a las Indias. En el viaje se produjo un naufragio en la costa de Yucatán, donde fue capturado y convertido en esclavo por los mayas.
Guerrero llegó a América en una expedición marítima con destino a la población conocida como “La Española”, en Cuba. Días después de zarpar de Darién, en Panamá, la embarcación naufragó cerca de la Península de Yucatán y 18 de los 20 sobrevivientes del naufragio fueron asesinados por los cocomes.
Prisionero de los Mayas
Solo Gonzalo Guerrero y el fraile Gerónimo de Aguilar lograron escapar, pero poco después fueron tomados prisioneros por H’Kin Cutz, cacique de Xamancaan.
Gerónimo de Aguilar se mantuvo fiel a su cultura y religión, pero Guerrero se adaptó hasta integrarse a la cultura maya. Participó en enfrentamientos con los pueblos enemigos y se destacó entre ellos por su astucia y sus dotes militares.
Cuando era esclavo, el moribundo jefe maya Taxmar lo llamó y les enseñó nuevas formaciones de ataque y defensa.
Los hizo ensayar cuadros de ataque y formaciones de defensa que permitían hacer relevar a los soldados, generando en la guerra contra los Cocomes una “falange macedonia” -que era una formación de infantería creada y usada por Filipo II, y más tarde por su hijo Alejandro Magno en la conquista del Imperio persa-, dándole la victoria al ejército del jefe Taxmar.
Liberación de Guerrero
Poco después, el jefe Na Cha Can lo regaló a su Nacom Balam ( jefe guerrero). Este último cruzó un río y fue atacado por un caimán y, en vez de aprovechar la oportunidad para escapar, Guerrero luchó contra el caimán y le dio muerte. Al ver esto, Nacom Balam le liberó.
Se tatuó y se hizo las perforaciones de su rango militar. Siempre llevó sus guerras hasta la victoria, alcanzó el grado de Nacom Balam.
Guerrero padre del mestizaje
Se casó con una indígena llamada Zazil-ha, hija de un rey maya, con la que tuvo dos hijos. Esta es la primera familia mestiza, entre españoles e indígenas en América.
Cuando llegó Hernán Cortés, envió cartas para rescatarlo. Dispuso entonces que los buscaran y que los rescataran para que se unieran a su expedición. Fue así como Gerónimo de Aguilar, oriundo de Écija, fue a otro pueblo en busca de Gonzalo Guerrero, para llevarle la grata nueva.
Negativa a su rescate
Al saber que naves españolas los esperaban en Cozumel, Guerrero respondió con estas palabras, que han quedado grabadas en la historia y que llegan a nosotros gracias a Bernal Díaz del Castillo, quien las relata en su Historia verdadera de la conquista de Nueva España:
“Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras. Id vos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¿Qué dirán de mí cuando me vean esos españoles ir, de esta manera? Y ya veis estos mis hijicos cuán bonicos son”.
La mujer de Gonzalo Guerrero, Zazil Ha, no se quedó atrás e increpó así a Jerónimo: “Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi marido; íos vos y no curéis de más pláticas”.
Aguilar tornó a hablar a Gonzalo, que mirase que era cristiano, que por una india no se perdiese el ánima, y si por mujer e hijos lo hacía, que los llevase consigo si no los quería dejar. Y por más que le dijo y amonestó, no quiso venir”.
Gerónimo llegó ante Cortés, quien en un principio no lo reconoció porque su piel era morena por el fuerte sol peninsular, ya que trabajaba en las sementeras cultivando, y estaba ataviado como indígena, además de que tenía cortado el cabello como un esclavo.
Según Díaz del Castillo, hablaba mal el castellano, “mal mascado y peor pronunciado”, pues había pasado ocho años entre los mayas y había aprendido su idioma, en detrimento del castellano. Guardaba celosamente un libro de Horas, pues era diácono.
Gerónimo de Aguilar y La Malinche traductores en la conquista
A Cortés cuando pasó por Tabasco, le entregaron varias mujeres indígenas, entre ellas Malintzin, que fue bautizada con el nombre de Marina.
De ella dice Bernal Díaz que “era gran cacica e hija de grandes caciques y señora de vasallos”.
La Malinche, hablaba el náhuatl y el maya. Más tarde las fuerzas españolas llegaron al altiplano, en donde predominaba el idioma náhuatl, Cortés hablaba en español a Gerónimo de Aguilar, éste a su vez se dirigía a la Malinche en maya y ella lo traducía al náhuatl.
Gonzalo quedó prendado de la cultura maya
Tanto es así que se puso del lado de los indígenas frente a los conquistadores españoles. Este acabará convirtiéndose en un jefe militar maya que luchó a favor de los derechos indígenas.
Guerrero había sido un soldado español que había participado en la toma de Granada. Logró frenar el avance de los españoles en la Península del Yucatán durante más de veinte años
Se negó a unirse a las huestes de Hernán Cortés, se dedicó a advertir a su nuevo pueblo de los hombres que acababan de llegar.
Les contó sobre ellos y más adelante luchó contra las expediciones militares de Cortés, Grijalva y Córdoba, entrenando a sus hombres para que no se fiaran de un hombre blanco, ni temieran de las armas de fuego de los invasores ni de sus caballos.
En julio de 1531, el capitán Dávila partió con una fuerza hacia el sitio que hoy es Chetumal, donde suponían que vivía Guerrero y existían minas de oro.
Muerte de Gonzalo Guerrero
El capitán Dávila al llegar allí, encontró un lugar abandonado, aunque logró capturar a algunos mayas y hacerles prisioneros. Estos lo engañaron diciéndole que Gonzalo Guerrero había muerto de forma natural. Dávila remitió informes a Montejo en Campeche sobre el supuesto fallecimiento.
Guerrero murió en 1536 en las costas de Honduras, combatiendo contra los españoles, aunque Hernán Cortés había intentado ‘rescatarlo’. Se enfrentaba a las tropas del capitán Lorenzo de Godoy para ayudar, con cincuenta canoas, a Çiçumba, gobernador de Ticamaya (Honduras), en el valle inferior del Río Ulúa.
Una flecha de ballesta se clavó justo en su ombligo y le atravesó hasta el costado. Luego, un disparo de arcabuz remató al que fuera arcabucero. Sus hombres le sacaron del campo de batalla y le escondieron detrás de unas palmeras.
Nadie intentó extraerle la flecha por no aumentar su sufrimiento o acelerar su fin. Sólo pidió a sus más allegados que cuidaran de sus hijos y, al resto de sus hombres, más de un millar, que siguieran combatiendo.
El combate fue encarnizado y tuvieron que replegarse, por ello el cadáver de Guerrero quedó en campo enemigo. Algunos españoles afirmaron luego haberlo visto “tatuado y vestido como un indio, pero barbado como un cristiano”.
Durante la noche, algunos de sus hombres rescataron su cuerpo y como homenaje, lo lanzaron al río Ulúa, para que la corriente le llevara hasta el Océano de donde vino.
Gonzalo Guerrero es considerado como el “padre del mestizaje”, y una estatua en su honor se levanta en el Paseo Montejo en Mérida.
El documental “Entre dos mundos”
Se estrenó a nivel internacional el 12 de octubre de 2013, con motivo del Día de la Hispanidad, a través del National Geographic Channel.
Se estrenó en España, en el Festival de Cine de Huelva, ya que este documental de Fernando González Sitges es una coproducción de la Diputación Provincial de Huelva.
En julio de 2012, se llegó a un acuerdo de colaboración con el director general de la televisión de la Universidad de México, Ernesto Velásquez, a través del cual la Diputación aportaba al proyecto 15.000 euros.
Los protagonistas son el actor extremeño David Marín en el papel de Gonzalo Guerrero y la mexicana Alejandra Toussaint como Zazil Ha, su esposa.
Salvador Campos Jara ha participado como asesor y documentalista en la elaboración del guión y aparece en el documental. Es un investigador de la Universidad de Huelva que ha dedicado su tesis doctoral a estudiar la figura de Guerrero.
Su proyecto se titula ‘Estudio sobre la evolución del personaje de Gonzalo Guerrero’, está codirigido por Luis Rivero García y Pablo Zambrano Carballo, del Departamento de Filologías Integradas de la Universidad de Huelva.
Tiene aspectos historiográficos, antropológicos, políticos y literarios, además de la iconografía del personaje desde el siglo XVI a nuestros días.
“Todo lo que se refiere a Guerrero es incierto y misterioso. Su origen, condición social, profesión, incluso su nombre, se supone que es un recurso literario del cronista Francisco López de Gómara, que no viajó nunca a América, ni siquiera entrevistó a nadie que lo hubiera conocido”. explica Salvador Campos.
Ahora, gracias a su tesis, se han desvelado algunas incógnitas sobre este personaje. Por ejemplo, “dentro de ese misterio, hay tres rasgos muy llamativos: el personaje se unió a una mujer maya con la que tuvo hijos, se horadó y tatuó el cuerpo como los indígenas, y peleó contra los españoles“.
Su historia ha derivado en un gran número de novelas, relatos, poemas, obras de teatro, guiones de cine, esculturas, dibujos o pinturas, al igual que ahora sucede con un documental o hasta un espectáculo flamenco.
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