Admirada por todos los cinéfilos, la adaptación que hizo Coppola de la novela de Mario Puzo, constituye no solo una ópera sobre el mundo de los gángsters sino una épica sobre el patriarcado, la familia y sobre la propia America. Obra maestra sin reservas merece todo el aluvión de elogios y criticas de adoración. Revolucionó por completo la concepción que el cine había dado del mafioso hasta entonces.
La Paramount se hizo con los derechos de la novela, inicialmente pensó en Perter Yates y Costa Gravas para llevar a cabo el proyecto, pero las connotaciones italoamericanas de los personajes hicieron que finalmente el proyecto recayese en Francis Ford Coppola y Marlon Brando para el personaje de Con Vito. Sin embargo los productores con veían con buenos ojos la designación de Brando, decían estar hartos de las excentricidades del acto. Sin embargo una prueba "in estremis" con Brando maquillado convenció absolutamente a los altos cargos de la Paramount, que al principio ni siquiera reconocieron al actor.
La película constituye una influencia sobre los fundamentos del cine de la década de los 70, en lo que a técnica de rodaje se refiere. Escenas dramáticas, audaces, viscerales y majestuosas, ¿Quien no recuerda la escena de la cabeza del caballo?, el asesinato de Sonny, la contraposición del banquete de bodas, soleado en el exterior de la casa y lúgubre y sórdido el interior donde Don Vito recibe las prebendas de sus "amigos".
Como anécdota contaros que Brando no se llenó las mejillas con algodón para adquirir esa forma de su mandíbula, sino que fijó unas bolas de resina en las muelas de atrás, el niño que bautizan no es otro que Sofia Coppola y en la ceremonia de entrega de los Oscars, Marlon Brando mandó a recoger el premio a un falso indio "Parcheen Pequeña Pluma" como rechazo a su premio.
La Paramount dobló las recaudaciones de sus anterior exito, Love Story, Coppola que había aceptado reducir su salario a cambio de cobrar parte de los beneficios que diera la cinta, hizo una fortuna.
En 1974 se estrenó la segunda parte de la secuela, para esta continuación los términos habían cambiado sensiblemente, ahora era la Paramount quien prácticamente suplicó a Coppola que la realizase, para ello no dudo en darle una parte considerable de los beneficios, así como el total control artístico.
Esta segunda parte es más oscura y compleja que la primera, la corrupción abarca todos los niveles sociales, políticos y familiares y se hace patente hasta llegar a la total decadencia moral.
Lo que hizó de esta segunda parte una de las mejores películas de la historia del cine y donde radica gran parte de su éxito, fue la audacia del director y coguionista y el atrevimiento de hacer una obra de mas de 3 horas, combinando las dos historias el presente la vida de Mike, el hijo del padrino y la vida anterior de Don Vito, sus orígenes y su llegada a America. Se trata de un ejercicio de profundización de la historia de los gángster en America y la evolución de la Cosa Nostra.
Esta segunda parte se introducen muchas más ambigüedades morales, frente al primer padrino en la que la familia aparecía como una especie de colectivo heroico, en esta segunda parte la familia Coleone aparece más tenebrosa y administradora de muerte. En la primera parte todo se hacia mas por honor en esta continuación no hay otro motivante que el dinero.
Un aspecto a destacar en esta segunda parte , es la degeneración de los vínculos familiares que habían presidido la primera parte, hasta el punto de llegar a mostrarnos la propia separación entre Michael y su mujer. También considero que es la involución del honor, durante el mandato de Michael todo se hace por dinero, en definitiva es el ocaso de una estirpe de una saga familiar, los Corleone.
En cualquier caso se trata de un clásico, quizás el ultimo de los clásicos, habria que ir hacia atras en el tiempo, a Casablanca, Perdición, La diligencia, para encontrar una película ten intensa, tan electrica, está en la linea de un cine que por desgracia está en desuso, en la que si no ha desaparecido está a punto de desaparecer en cuanto al empeño de las productoras de hacer este tipo de obras.