Las vicisitudes a las que asiste de primera mano le llevarán desde las guerras indias hasta el O.K. Corral, desde verse implicado en una maquinación contra el presidente Grant hasta tratar con el apache Gerónimo. Resuelto, astuto y cínico, Blueberry se las apaña para salir airoso de los lances que se le presentan y ser respetado por amigos y enemigos, ya sean blancos o pieles rojas.
Podemos asegurar sin rubor que se trata de una de las mejores historias jamás contada en las páginas de un tebeo. Una obra ingente y maravillosa, que se extiende a lo largo de más de cinco décadas de arduo trabajo por parte de sus creadores, los talentosos Jean Giraud (Moebius) y Jean Michel Charlier. En ese tiempo, la que se pretendía en un principio como una divertida serie juvenil del Oeste pasó a convertirse en un referente indiscutible del cómic mundial.
Una obra inteligente y adulta para regocijarnos una y otra vez con las imágenes del "western", tan solo con abrir una página.
El Oeste de las aventuras de Blueberry es representado auténtico y certero, con una elocuente economía de trazos. Si la magnífica representación de la acción y el movimiento hablan por sí solas (los giros, las caídas, los disparos, las cabalgadas...) me gustaría llamar la atención en particular sobre la ilustración del entorno, fiel protagonista de toda la serie.
Las sombras tienen mucho que ver en todo. Ellas son las que nos crean la ilusión del relieve sobre el papel, las que engullen los rostros de los jinetes, las agujas de las coníferas o la raíz de los agrestes picachos; las que dan profundidad a la escena, como los postes de telégrafos o los raíles del ferrocarril perdiéndose en la distancia.
Una ruta de ciudades a medio hacer, aldeas de adobe y viejas misiones con sonoros nombres españoles, jalonando la peripecia vital de Blueberry, envuelta su figura por el polvo cegador del desierto o la lluvia
torrencial de una noche de perros...
Aunque la acción se desenvuelve por todo el Oeste, es en Arizona, México o las Rocosas donde mayoritariamente están localizadas las andanzas de aquel a quien los indios llaman 'Nariz Rota'.
Este es el país de Mike Blueberry, la tierra agreste de mesas rojizas y orgullosos saguaros, la última frontera entre el norte y el sur, lo salvaje y lo civilizado; el mismo solar que recorre junto a su inseparable escudero, borrachín y dinamitero, el viejo McClure (sosias de aquel mítico Walter Brennan). También es el territorio de tipos como el general 'Cabellos Rubios', Wild Bill Hickok, 'Angel Face', Caballo Loco o Gerónimo, quienes junto a una legión de personajes históricos y ficticios, (todos exquisitamente documentados) les salen al encuentro para originar las intrigas y desafíos que les dan vida.