El país de las amebas (III): lecciones de microbiología

Publicado el 13 octubre 2009 por Elhombredelpiruli
Los paramecios, en ocasiones, se multiplican tanto en su avance que su desarrollo alcanza la superpoblación. Su voracidad, sin embargo, no disminuye, por lo que la destrucción que causan es tan enorme y llamativa que alerta a las apacibles amebas. Estas, habitualmente estáticas y adormecidas, dedicadas a su relajante labor de partición constante pero ordenada, reaccionan de forma tan asombrosa que son capaces de ponerse en movimientos y huir de la depredación paramécica.
Así, la ausencia de alimento desconcierta de tal manera a la colectividad de paramecios, que entra en un estado crítico de tal magnitud que llega a colapsarse.
Pero la naturaleza es sabia y cuando esto sucede induce un reajuste completamente natural. Así, los paramecios, aislados y hambrientos, se revuelven contra sí mismos y depuran a los más débiles en un proceso denominado autofagocitación social que puede durar varios meses.
Una vez estabilizada la población de paramecios, las amebas dejan de sentirse en peligro, entran en su estado de letargo habitual y vuelven a ser pastoreadas por los ladinos paramecios.
Este ciclo que se repite periódicamente en función del grado de desarrollo paramécico.
(Para ampliar la lección, aquí)