El país que estaba orgulloso de sus videojuegos

Publicado el 31 agosto 2016 por Jon Llaguno @jonllaguno

Hace relativamente poco que han terminado los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Durante algo menos de un mes, los habitantes del planeta hemos visto cómo nuestras miradas se dirigían a ese impresionante conjunto de disciplinas deportivas que copaban las portadas de todos los diarios del mundo. Ya sea por los 27 récords mundiales batidos, las grandes estrellas consagradas o los logros de nuestros deportistas, Río 2016 se ha convertido, como no podía ser de otro modo, en el mejor escaparate del mundo en muchos aspectos. Para algunos, supone una muestra de potencial deportivo, disciplinario y educativo a nivel de país, mientras que para otros no es más que una sucesión de deportistas patrocinados y soportes publicitarios compitiendo entre sí. Para gustos, colores; aunque todos estaremos de acuerdo en que no hay mejor lugar para mostrar algo que una gran cita deportiva que ha sido vista por más de 3.700 millones de personas a través de los medios.

Los que habitualmente seguís este tipo de eventos sabréis que uno de los momentos cumbre llega en la ceremonia de clausura, cuando se presenta la ciudad que recogerá el testigo (antorcha olímpica, en este caso) para la organización de las próximas olimpiadas. Habitualmente esto tiene lugar casi al final de la ceremonia y el nuevo país organizador presenta su ciudad a través de un vistoso y atractivo montaje audiovisual a la altura de las expectativas, con música, baile, personalidades y demás parafernalia. Se trata, por lo tanto, de un momento único para dar a conocer las bondades por parte de la organización, destacando los elementos clave que hacen del país un lugar único y un referente a nivel mundial. Como sabréis, la antorcha fue recogida en esta ocasión por Japón, ya que los próximos Juegos Olímpicos tendrán lugar en Tokio 2020.

Hasta aquí todo normal. Tokio se presentaba como una ciudad vanguardista y digna de acoger el evento; la punta de lanza de un país que basa su desarrollo en la tecnología, el progreso y el crecimiento. Podríamos seguir diciendo que bla, bla, bla... Tokio esto, Tokio aquello. Japón mola... Pero, de pronto, en la presentación comenzaron a colarse personajes que todos los lectores de este blog conocemos. Personajes icónicos de un sector que Japón domina de manera indiscutible. Personajes de videojuegos, perfectamente integrados en la cultura global: Oliver Aton, Mario, Pac-Man. El vídeo va llegando a su fin cuando, de repente, el Primer Ministro nipón, Shinzo Abe, pensando que no va a llegar a tiempo a la ceremonia de clausura, se convierte (atención) en Mario Bros. Ojo. EN-MARIO-BROS. Y así es como llega al estadio olímpico de Río, a través de una tubería instalada en el centro del mismo. Vestido de Mario Bros es como una de las personalidades más representativas del país dice al mundo: "atentos, porque esto va a ser increíble". Y como ya estarás flipando y pensando que te estoy tomando el pelo, te dejo el vídeo para que lo veas.

https://www.youtube.com/watch?v=FNuqKVG781I

Ahora bien. ¿Qué lleva a un país o una ciudad que albergará los próximos Juegos Olímpicos a decantarse por esta maniobra en su presentación mundial? Mario, nuestro querido Mario, ha sido el mayor exponente de la cultura japonesa, su avance tecnológico y crecimiento global que han encontrado para representar y escenificar ese momento en que Tokio 2020 recoge el testigo. Mario ha ocupado las portadas de los diarios de todo el planeta y ha dado la bienvenida a las decenas de miles de deportistas y los millones de espectadores que vieron ese momento. Mario, el fontanero rechoncho y bigotudo que a todos nos viene a la cabeza cuando nos piden que elijamos un personaje que represente al sector, ha sido la elección de todo un país para hacer su entrada triunfal. Sinceramente, no imagino el orgullo que deben sentir de su sector, sus profesionales y sus videojuegos para haber tomado esa decisión y, como herramienta de marketing, sin duda han dado una gran lección a todos los que van (vamos) de profesionales y creativos.

Y claro, esto te hace pensar en varias cosas... Por un lado, en que Tokio 2020 pinta indudablemente bien. Por otro lado, en que no imagino a ninguno de nuestros políticos actuales prestándose a salir de una tubería en el centro de un estadio olímpico disfrazados de un personaje de videojuegos. Porque así es como lo verían, claro. No un icono global que ha marcado a toda una generación, si no más bien un monigote que da saltos y al que juegan los niños. Es cierto que en España los videojuegos se consideran un bien de interés cultural, pero aun se está debatiendo si se consideran hardware o software y a qué Ministerio compete un sector que, como tal, no existe... ¿Cómo vamos a entender que Mario esté siendo el abanderado de las próximas olimpiadas?

[caption id="attachment_2014" align="aligncenter" width="1000"] Shinzo Abe, Prime Ministro de Japón, vestido como Mario Bros en la Ceremonia de Clausura de los JJOO de Río 2016.[/caption]

Obviamente, cuando Barcelona recogió el testigo de la organización de los Juegos en Seúl 88 la presentación no tuvo ningún elemento ni remotamente relacionado con el desarrollo de videojuegos que teníamos aquí que, por otro lado, muchas veces decimos que esa década supuso los mejores años del software español. No quiero meterme en camisas de once varas... No podemos comparar aquellos tiempos con los que vivimos ahora ya que no sería justo y todo ha cambiado y avanzado muchísimo, aunque en el hipotético caso de que hubiésemos contado con un personaje representativo del sector de carácter patrio, ¿nos habríamos atrevido a darle tanto peso? ¿Y si Madrid organizase algunas de las próximas olimpiadas? Por descontado, este es un debate que puede generar muchas opiniones enfrentadas, aunque la realidad es que los iconos que recordamos de Barcelona 92 son Cobi y Montserrat Caballé, mientras que todavía no sabemos nada de Tokio 2020 pero ya tienen a Mario... En España contamos con un gran talento emergente, experiencia de sobra y muchas ganas, por lo que solo necesitamos un empujoncito para creer en nosotros más allá de intentar superar un recuerdo.

[Tweet "Tokio2020 ha convertido a Mario Bros en el representante mundial de sus Juegos Olímpicos."]

A lo que voy es a que me ha parecido realmente genial que un país tan vanguardista y tecnológico haya elegido un personaje de videojuegos como principal exponente. Un personaje querido, cercano y con el que todos hemos crecido ya que, ojo, nació en 1985. Sí señor; Mario tiene de vanguardista y tecnológico lo mismo que una piedra, pero es un elemento cultural que ha traspasado fronteras, uniéndose al crecimiento y momentos de ocio de millones de personas en todo el mundo y, por eso, la organización de Tokio 2020 ha cogido la premisa de este blog y ha convertido el marketing de videojuegos en videojuegos como marketing. Mi más sincera enhorabuena y solo queda disfrutar de la espera gracias al hype que han sabido crearnos.