Todo esto lo siguen haciendo porque ven que no pasa nada. La crisis no es una crisis económica, esa ha sido la consecuencia. Pero la crisis es una crisis moral porque el Estado ha diseñado un territorio legal en el que solo se penaliza y castiga al ciudadano y el dirigente, gobernante o cargo público actúa en una total impunidad. Eso ha hecho posible una llegada masiva de delincuentes al poder al no haber mecanismos de control, de rendición de cuentas ni la mas mínima transparencia.
La estafa tiene nombres y apellidos y están todos sueltos disfrutando del producto del robo. Gente sin escrúpulos capaces de ver como el resto de sus compatriotas viven en la miseria que ellos han provocado. Los votamos creyendo que iban a administrar nuestros recursos con honradez y eficacia y resultó que lo que hicieron fue robarlos, malgastarlos en mansiones, cacerias, colocaciones, sueldos astronómicos por quebrar instituciones etc...
El resultado está a la vista, recortes, despidos, desahucios y suicidios junto al exilio de miles de jóvenes y toda una generación perdida por falta de trabajo. El sistema no ha funcionado, los responsables no solo siguen sueltos sino que siguen en el poder, llámese gobierno, oposición, sindicatos o patronal. El caso es que han dejado un reguero de cadáveres en vida que no se volverán a recuperar.
Efectivamente, el panorama es desolador, desde niños malnutridos hasta una clase media destrozada sin ingresos, sin recursos y sin apenas fuerzas para seguir adelante. Lo peor es que no te dejan salir adelante, no solo te hunden en la miseria es que te siguen robando mediante la subida de las cuotas a los autónomos, única esperanza de poder salir adelante por ti mismo, aumentos en los precios de las necesidades más básicas cuando vemos como se producen las estafas en las subastas eléctricas, como se componen los oligopolios en sus consejos con políticos que obtienen el cargo por favorecer a las oligarquias y machacar al ciudadano.
En fin, esto tiene que parar, pero tienen que parar desde la rabía que puede sentir cualquier ciudadano de ver como el llamado estado democrático no es otra cosa que un estado despótico en sus formas y en su fondo. No hay que dejarse manipular por los de siempre, esos que llaman a la protesta con el único fin de colocarse en el poder y seguir con lo mismo, ellos tienen tanta culpa como los contrarios, lo hemos visto en las Cajas, en los Eres y en tantos asuntos en los que no han movido un dedo contra esos comportamientos.
Esto tiene que ser una revolución ciudadana guida y promovida por los ciudadanos para acabar de una vez por todas con el despotismo disfrazado de democracia y restablecer un sistema en el que todo se fundamente en el ciudadano y no en las élites ni en las corporaciones. No se trata de política, se trata de sentido común. Hemos llegado a un punto en el que el ciudadano está siendo tratado como animales y nuestra obligación es recuperar la dignidad echando a quien hace posible que esto ocurra.
Carlos RH