El petirrojo es un pájaro muy popular en muchos lugares de Europa, especialmente en Inglaterra, donde ha sido declarada como ave nacional. Aquí se asocia especialmente a la Navidad, época en la que resulta habitual en las tarjetas y dibujos de felicitación, junto a otros elementos típicos de estas fechas, como la nieve y los arbustos de bayas rojas, especialmente el acebo.
La razón de esta asociación puede ser fácil de entender. En el sur de Inglaterra, como en Asturias, el número de petirrojos aumenta en invierno con la llegada de aves procedentes de Escandinavia o de Escocia, y muchos de ellos se refugian en los jardines de las casas. Tenemos que tener en cuanta también que durante el siglo XIX, cuando se populariza esta imagen, el clima era mucho más duro (no tenemos más que recordar las historias de Dickens), y que en las casas inglesas plantar acebo en los jardines es una tradición.
No faltan tampoco las explicaciones alternativas. Por ejemplo, en el siglo XIX los carteros ingleses, que entregaban las felicitaciones navideñas que mucha gente aguardaba con gran ansiedad, vestían de rojo, y este hecho hizo que se les asociara con los petirrojos (en inglés robin) y la Navidad.
También hay leyendas cristianas que vinculan al petirrojo con el cristianismo. Por ejemplo un precioso cuento irlandés narra que, para avivar el fuego que calentaba al Niño Jesús en el portal, un pequeño pájaro marrón aleteó de forma incansable hasta que las llamas le quemaron el pecho, que se quedó rojo para siempre. Ese fue el origen del petirrojo.
Sea como sea, lo cierto es que el pequeño raitán es el pájaro por excelencia de la época navideña, y por eso aprovecho una de las fotos que tomé hoy para mi tarjeta de felicitación. Felices Pascuas para todos.