"La promesa fue una obligación estricta, dura, pero servía para aferrarse a algo. Una vez que ha desaparecido no sabes cuál es tu lugar."
Los once años son el comienzo del fin de la infancia. El mundo se abre a nuestro alrededor. Las paredes de nuestro núcleo familiar se caen y buscamos afectos más allá de lo hasta entonces conocido. Los once años son la edad de lo absoluto, del todo o nada, no hay medias tintas. Los amigos que se hacen son para siempre, las promesas contraídas se cumplen hasta la eternidad, los secretos guardados son silencios inescrutables. Afortunadamente, los once años sólo duran un año.
"Luego llegó la pregunta obvia:-¿Pasó algo anoche cuando estuviste con Unn?-No -se limitó a contestar Siss.-¿Te dijo algo? -intervino la madre-. Estabas un poco rara cuando llegaste a casa. ¿Qué te dijo?-¡No voy a contártelo! -exclamó Siss, y con esas palabras revelaba algo de lo que más tarde se arrepentiría amargamente. Se dio cuenta de que había dicho demasiado. Lo captaron antes de que ella hubiese acabado la frase.-Dios mío, ¿te dijo algo que pueda explicar su desaparición?-No, yo no sé nada. ¡Nada!Menos mal que preguntaron de esa manera enrevesada, porque de ese modo Siss pudo contestar que no sin mentir. Cuando Unn quiso contármelo salí corriendo, pensó."Silencios, secretos, misterios. Se juega con ellos a lo largo de toda la narración y son la base de la misma. ¿Qué mayor prueba de amistad a los once años que compartir un secreto y no desvelarlo a nadie más? Unn es una niña misteriosa y su relación con Siss se caracteriza por la atracción mutua que sienten y la ambigüedad. El truncamiento de su amistad mitificará esas sensaciones recién nacidas en Siss. Las dos niñas no estarán solas en ese escenario de hielo y misterio, sin embargo. Todo en este libro se confabula para orquestarnos este cuento sin hadas.
"De nuevo tuvieron la sensación de haber escapado de cosas que eran demasiado difíciles."Tarjei Vesaas está considerado como uno de los escritores más importantes de las letras escandinavas del siglo pasado y fue candidato al Nobel en varias ocasiones. Para mí, era un completo desconocido hasta que casualmente me encontré con este libro cuyas páginas se me han revelado cargadas de sencillez, lirismo y simbolismo. Leer El palacio de hielo es como leer un cuento clásico, pero su versión original, y no esas otras edulcoradas que nos han llegado con el paso de los años. Un cuento sin hadas, como decía, pero también sin brujas (aunque el que quiera podrá vislumbrar unas y otras tras cada recodo del camino o cada personaje). Más sutil, probablemente, y aunque igual de inquietante, más benévolo.
creepy house. Fotografía de Emily
Los diálogos son cortos, de frases escuetas, pero cada interpelación es un código que oculta una sabiduría ancestral. Los personajes se presentan acompañados de una apenas imperceptible áurea de misterio: los padres de Siss, la tía de Unn, esa manada de niños y sus líderes sin nombre (no sé por qué, me han recordado a los niños de Janne Teller en Nada). El ambiente también acompaña y es cómplice de esta historia: la caída de la noche asusta, el bosque que linda con el camino guarda un falso silencio y ese palacio de hielo...El palacio de hielo es atracción y peligro, su superficie es dura e imbatible pero a veces muestra finas grietas por las que entrar. En el palacio de hielo hay salas anegadas en lágrimas de un llanto que no acertamos a saber si es suyo o es propio. Pocos pueden entrar, nadie sabe salir. Al palacio de hielo sólo le puede la nieve y le vence el deshielo, víctima del ciclo infinito que sigue la vida.
"Los hombres se echan a perder junto al palacio de hielo, como si algo se hubiera apoderado de ellos, buscan febrilmente en torno a él, buscan un tesoro que ha caído en desgracia, pero ellos mismos están involucrados. Son hombres serios, agotados, se dan por vencidos como víctimas de un hechizo y dicen: está aquí. Se encuentran al pie de los muros de hielo con el rostro tenso, y todo está a punto para que se oiga un canto fúnebre ante ese palacio cerrado y seductor. Si a uno de ellos se le hubiera ocurrido la locura de ponerse a cantar, los demás se habrían unido a su canto."Cantar es contar. Con el canto y el cuento se transmiten las identidades de los pueblos, las enseñanzas de las generaciones pasadas. Siss es una niña dejando de serlo y entrando a bocajarro en el mundo adulto. El palacio de hielo es el cuento que lleva su historia a otras épocas, a otros lugares. Una plácida lectura para disfrutar en estos fríos meses a la espera de que el sol temprano de la primavera ponga fin a la oscuridad y a la incertidumbre del invierno. Una bella historia sobre la pureza de la amistad y la pérdida primera, sobre el pueril torrente de sentimientos que despiertan, que nos constata la imposibilidad de vivirlos en la edad adulta de tal manera pero nos devuelve el perfume de su esencia. Porque los adultos también necesitamos cuentos, porque desde ellos los niños que fuimos nos hablan y enseñan. Por eso hoy os dejo como regalo de año nuevo esta novela-cuento.
"La nieve cae ahora con mayor intensidad.La manga de mi abrigo se vuelve blanca.Están entre nosotras como puentes nevados.Pero los puentes nevados están helados.Aquí dentro hay vida y calor.Debajo de la nieve tu brazo cálido es un dulce peso sobre el mío.Nieva sin cesar sobre puentes silenciosos.Puentes que nadie conoce."
DSCN8456. Fotografía de Michael Springmann
Ficha del libro:
Título: El palacio de hielo
Autor: Tarjei Vesaas
Editorial: Bruguera
Año de publicación: 2007
Nº de páginas: 208
ISBN: 978-84-02-42014-5