Aunque al principio parece una novela urbana, la narración se transforma en una odisea de supervivencia en pleno Central Park de Nueva York y llega a ser también un western que transcurre en la zona del Gran Cañón. La vida de Marco Fogg es una auténtica montaña rusa de fortunas y adversidades, absolutamente marcada por un azar y una suerte que van a ser los factores que le hagan conocer su pasado. En este sentido la novela de Auster resulta algo irregular en su estructura, pues se alarga más de lo necesario a la hora de ir aportando información, por lo que tarda bastante en interesar verdaderamente al lector, que hasta la mitad de la misma solo puede disfrutar de la prosa, pero desconcertado por una trama que parece no llevar a ninguna parte.