El Palacio de los Soviets, un titán jamás construido

Por Viajeros

A lo largo de la historia se han construido estructuras impresionantes, como la Gran Pirámide de Gizeh, pero otras nunca vieron la luz. Es el caso del que podría haber sido el rascacielos más alto del mundo a mediados del siglo XX, y que se quedó en nada: el Palacio de los Soviets, en Moscú.

Esta inmensa estructura fue proyectada en la década de 1930 por las autoridades soviéticas como un símbolo del poder de la URSS. Su función habría sido albergar la sede del soviet central y, para más sorna, en las tierras que antes eran propiedad de los zares (concretamente, en el sitio de la antigua Catedral del Cristo Redentor, que fue demolida en 1931 para hacer los cimientos del rascacielos).

En la imagen puede verse una reproducción del edificio según el proyecto final. De haberse completado, habría alcanzado los 495 metros de altura, convirtiéndose en el edificio más alto del mundo en aquella época. El diseño original, obra de Boris Iofan, era de un estilo neoclásico, pero tras algunas revisiones adquirió este aspecto futurista.

El Palacio de los Soviets comenzó a construirse en 1937, pero las obras se detuvieron tras la invasión alemana de 1941 y los materiales fueron usados para la guerra. El proyecto no se retomó nunca más, pero en su lugar, para aprovechar los cimientos, se construyó una piscina, que hoy es la piscina al aire libre más grande del mundo. Entre 1995 y 2000 se reconstruyó la Catedral.