Palacio de Medinat al-Zahara, conjunto palaciego situado a 8 km de Córdoba (España) mandado a construir por el califa Abd al-Rahman III para su favorita Zahara (flor), verdadera joya del periodo califal Omeya.Medinat al-Zahara se extendía en terrazas al pie de sierra Morena. Comenzó a construirse el año 936, bajo el mandato de Abd al-Rahman III, como muestra del fasto y poder de su reino. Actualmente es un gran espacio en ruinas que apenas si habla de las fuentes de mercurio y los mármoles con rubíes y perlas engarzados que allí hubo. Era un gran recinto de planta rectangular de 1.500 por 750 metros, organizado como un conjunto de elementos yuxtapuestos concebidos como estructuras independientes. Cada uno de estos elementos se desarrollaba como una serie de estancias alrededor de un patio central, siendo por lo general una de ellas más representativa que el resto tanto por tamaño como por decoración. En la actualidad queda constancia de dos de estos salones. Ambos presentan una estructura similar de cinco naves precedidas de un pórtico. El mejor conservado se denomina salón Rico, al sur, y presenta la peculiaridad de separar las naves extremas mediante muros de fábrica y reservar las columnas para las naves centrales y su separación del pórtico de acceso. La riqueza decorativa de este salón es una muestra de la precisión y delicadeza a que se llegó bajo el mandato de Abd al-Rahman III. Destacan los mármoles, blancos en los suelos y basas, grises o rosados en los zócalos y columnas; las areniscas de los paramentos, pobladas de dibujos florales o geométricos, figuras simples y yuxtapuestas, hojas de acanto y de vid. Pero especialmente destacan las grandes pilastras que flanquean la entrada. Junto con los chapados de los muros, son estas pilastras el mayor avance decorativo del momento, que combina las influencias orientales con los conocimientos ya asimilados del clasicismo. Medinat al-Zahara es, de cualquier modo, una efímera ciudad palaciega de la que quedan muchos más poemas y crónicas que restos arquitectónicos evidentes.
Palacio de Medinat al-Zahara, conjunto palaciego situado a 8 km de Córdoba (España) mandado a construir por el califa Abd al-Rahman III para su favorita Zahara (flor), verdadera joya del periodo califal Omeya.Medinat al-Zahara se extendía en terrazas al pie de sierra Morena. Comenzó a construirse el año 936, bajo el mandato de Abd al-Rahman III, como muestra del fasto y poder de su reino. Actualmente es un gran espacio en ruinas que apenas si habla de las fuentes de mercurio y los mármoles con rubíes y perlas engarzados que allí hubo. Era un gran recinto de planta rectangular de 1.500 por 750 metros, organizado como un conjunto de elementos yuxtapuestos concebidos como estructuras independientes. Cada uno de estos elementos se desarrollaba como una serie de estancias alrededor de un patio central, siendo por lo general una de ellas más representativa que el resto tanto por tamaño como por decoración. En la actualidad queda constancia de dos de estos salones. Ambos presentan una estructura similar de cinco naves precedidas de un pórtico. El mejor conservado se denomina salón Rico, al sur, y presenta la peculiaridad de separar las naves extremas mediante muros de fábrica y reservar las columnas para las naves centrales y su separación del pórtico de acceso. La riqueza decorativa de este salón es una muestra de la precisión y delicadeza a que se llegó bajo el mandato de Abd al-Rahman III. Destacan los mármoles, blancos en los suelos y basas, grises o rosados en los zócalos y columnas; las areniscas de los paramentos, pobladas de dibujos florales o geométricos, figuras simples y yuxtapuestas, hojas de acanto y de vid. Pero especialmente destacan las grandes pilastras que flanquean la entrada. Junto con los chapados de los muros, son estas pilastras el mayor avance decorativo del momento, que combina las influencias orientales con los conocimientos ya asimilados del clasicismo. Medinat al-Zahara es, de cualquier modo, una efímera ciudad palaciega de la que quedan muchos más poemas y crónicas que restos arquitectónicos evidentes.