La visita al Palacio de Versalles es obligatoria si queremos conocer la historia de Francia y visitar uno de los lugares más emblemáticos de este país. Las cifras que se utilizan para describir este complejo histórico son increíbles por lo que conviene planificar nuestra visita. Es importante comprar anticipadamente las entradas para el Palacio de Versalles.
Antes de dar algunos consejos sobre como planificar nuestra visita al Palacio de Versalles, vamos a hablar un poco de su historia.
En 1682, Luis XIV, conocido como el Rey Sol, decide trasladar la corte de París a Versalles, municipio situado cerca de París, en la región de la Isla de Francia, y en un entorno natural alejado del bullicio de la capital.
Previamente a este traslado, Luis XIV decidió convertir en antiguo pabellón de caza que su padre, Luis XIII, había erigido en Versalles en el palacio real más grande de Europa. La construcción del palacio se inicia en 1661 y se pueden distinguir tres etapas.
En la primera etapa, que va desde 1661 a 1668, se amplia el antiguo pabellón de caza con dos alas laterales, cuyo cierre conforma el patio de armas. Entre 1668 y 1678, se construye la fachada principal que da al jardín para darle prioridad visual a éste. La fachada sigue el modelo italiano con sillares almohadillados en el primer piso, un piso noble con doble altura y un tercer piso rematada con figuras escultóricas. En la tercera etapa (1678-1692) se construye la Capilla Real en el ala norte.
El jardín del Palacio de Versalles es clasicista y un rendido tributo al orden y a la racionalidad. Tiene una estructura paisajística que invita a la circulación y cuenta con una organización que pone en relación y armonía todos los elementos que componen el jardín: plantas, esculturas y fuentes.
Las cifras del complejo arquitectónico de Versalles son apabullantes. Tiene más de 800 hectáreas, 11 de las cuales están cubiertas. El interior del complejo cuenta con una intricada red de caminos y con más de 35 kilómetros de canalizaciones.
El conjunto del Palacio de Versalles fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.
El palacio de Versalles fue la última residencia real de la monarquía francesa. Tuvo este cometido desde 1682 hasta 1789, cuando, con el triunfo de la Revolución Francesa, se pone fin a la monarquía como forma de gobierno y se proclama la República. Después de la Revolución el Palacio tuvo una etapa de cambio y abandono hasta que en 1835 se decide crear en ellos los conocidos como "Museos de la historia de Francia".
Pequeña guía para disfrutar de nuestra visita.
En el Palacio de Versalles podemos recorrer un gran número de estancias con una impresionante riqueza artística. En estos espacios reales han tenido lugar algunos de los acontecimientos más importantes de la historia reciente de Francia.
Algunos de los espacios más destacados que podemos visitar son:
La Capilla Real dedicada a Saint Louis, patrón de los borbones, es de un estilo clásico que anticipa el neoclasicismo. El salón de la capilla está decorado con piedra blanca y escultura en bajorrelieve representando a Luis XIV Cruzando el Rin.
En suelo de la capilla contiene bellísimas incrustaciones de mármol policromo. En el techo podemos admirar la impresionante obra " Dios Padre en su gloria trayendo al mundo la promesa de la redención" del pintor Antoine Coypel.
En los Aposentos Reales quedaremos deslumbrados con la enorme riqueza decorativa que se empleó en los espacios más íntimos de los monarcas.
No podemos pasar por alto la Galería de los Espejos, uno de los espacios más importantes del Palacio de Versalles. Se trata de una una impresionante galería de setenta y cinco metros de longitud decorada con más de trescientos espejos.
Es sin duda una de las estancias más importantes del palacio, y en ella tuvo lugar en 1919 la firma del Tratado de Versalles que pondría fin a la Primera Guerra Mundial.
Los Jardines de Versalles merecen una mención aparte. Los jardines cuentan con una extensión de más de 800 hectáreas y están cubiertos por una enorme y variada representación de plantas y árboles. También destacan los diferentes elementos arquitectónicos y escultóricos, fuentes, estanques y estatuas, que se integran en perfecta armonía con los elementos naturales.
Es prácticamente imposible recorrer la totalidad de los jardines, pero, afortunadamente, existen diferentes medios para facilitarnos la visita. Podemos alquilar una bicicleta o un coche eléctrico. También está la alternativa de subir hay un divertido trenecito que recorre los jardines.
Los lugares más destacados del jardín son el Gran Trianón, un pequeño palacio de mármol rosa, o el Dominio de María Antonieta, el lugar preferido por la esposa de Luis XVI.
En los Jardines de Versalles, desde los meses de abril a octubre, también podemos disfrutar de una gran oferta de ocio y espectáculos. Entre otros, podemos admirar como las fuentes se mueven al ritmo de la música. Si queremos asistir a alguno de ellos, es importante informarse antes sobre los horarios.
Si queremos visitar los Palacios de Versalles tenemos que planificarlo con antelación. Informarnos de los horarios, seleccionar el recorrido que queremos realizar, etc. El Palacio de Versalles es uno de los lugares más visitados de Francia. En algunas épocas suele estar abarrotado. De ahí que se aconseje organizar la visita con detenimiento. O que optemos por una visita guiada para que podamos disfrutar de esta visita en la que disfrutaremos de la historia y de la naturaleza.