El Château de la Mercerie o el Aerotrén son buenos ejemplos de ello.
Hoy vamos a conocer otro de esos sueños rotos.
El soñador
Guillermo Tena; farmacéutico y empresario; era el propietario de una finca de 16 hectáreas en el término municipal de La Losa, cerca de Segovia.
Desde los años 60 fue la sede de una importante explotación equina destinada a la obtención de globulinas heterólogas denominada Inmunobiológicas S.A.
Entre sus instalaciones destacaban el laboratorio y dos establos, uno en el edificio principal y otro en un extremo del terreno.
La competencia ejercida por las grandes farmacéuticas, en especial las japonesas, cada vez hacía menos rentable un negocio que inevitablemente terminó por cerrar sus puertas.
Aunque la empresa continuó su actividad en otros campos, tanto la finca conocida como “La Pedrona” como sus edificios quedaron abandonados.
A pesar de este revés, Guillermo Tena ha seguido siendo un acreditado científico, miembro la Real Academia Nacional de Farmacia y desde 1980 hasta 1988, presidente de la Asociación Española de Toxicología.
La idea
Corría el año 1992 y España estaba inmersa en los fastos de los Juegos de Barcelona y de la Exposición Universal de Sevilla.
Un promotor del que sólo hemos conocido el apellido, el señor Cereceda, presentó a Guillermo Tena un proyecto para crear un área turístico-cultural y de servicios.
Se basaba en un centro similar construido en Santiago de Compostela con motivo del Año Jacobeo, aunque el de Segovia sería mucho más moderno y completo.
La sensación de modernidad y progreso que ofrecían las nuevas tecnologías presentadas en los pabellones de la Expo resultaron determinantes a la hora de convencer al empresario farmacéutico para que se embarcase en la ilusionante aventura de construir un parque temático en la ahora baldía finca segoviana.
La obra se licitó el 20 de mayo de 1993 y comprendía una zona edificada de 6168 metros cuadrados que se asentaría en una superficie total de 157.500.
La construcción
Una vez concedidos por parte del Ayuntamiento de La Losa los permisos necesarios comenzaron las obras, que en su primera fase consistían en la reforma de los establos y la construcción de una nave, la ermita y la cúpula del Panorámico.
Paralelamente los promotores seguían su búsqueda de financiación.
Se solicitó a la Comisión de Promoción Económica de la Junta de Castilla y León una ayuda de 147 millones de pesetas (900.000 euros) y ésta fue aceptada para su estudio basándose en los 40 puestos de trabajo fijos previstos.
La Caja de Ahorros de Segovia, por su parte, concedió a la empresa un préstamo de 900 millones de pesetas (5,5 millones de euros)
Entre 60 y 70 operarios dirigidos por los arquitectos Fredesvinto Pérez, Miguel Mayor, Eleuterio Palacios y Fernando Sastre, y el aparejador Enrique Pernaute trabajaban en la construcción del complejo, llegando a ser más de 100 personas en determinados momentos.
En junio de 1995 las obras ya estaban muy avanzadas. La inversión superaba los 1600 millones (9,6 millones de euros) y todos los edificios de esa primera fase avanzaban a buen ritmo.
Desgraciadamente la situación de bonanza no duró demasiado.
El 9 de septiembre de 1995 una hoguera mal apagada por los operarios que trabajaban en El Panorámico desató un incendio que arrasó 20 hectáreas de la finca colindante.
La rápida intervención de los bomberos evitó una catástrofe mayor.
En plena construcción, durante unas jornadas especialmente ventosas, la mayoría de los paramentos verticales se vinieron abajo, lo que incrementó notablemente los costes.
Por otro lado la ayuda de la Junta de Castilla y León no llegaba, y aunque el presidente de la Diputación de Segovia se reunió en numerosas ocasiones con Juan José Lucas (presidente de la JCyL) ese dinero nunca se hizo efectivo.
Ambos hechos (y suponemos que algún otro) provocaron la espantada del señor Cereceda, que se retiró del proyecto dejando a Guillermo Tena como único promotor.
Pero las desdichas no terminaban ahí: el 21 de enero de 1996 se inundaban las instalaciones después de una espectacular nevada.
Los terrenos de El Panorámico se asientan sobre un arroyo, por lo que la crecida del cauce afectó seriamente a todos los edificios.
¡En marcha!
Lejos de desanimarse, el empresario siguió persiguiendo aquel sueño y en los primeros días del verano de 1996 se programó la tan esperada inauguración.
Por desgracia la mala suerte, en forma de climatología adversa, retrasó una y otra vez la apertura de las instalaciones con las pérdidas económicas que ello supone.
Por fin, a primeros de julio entraron en funcionamiento el Panorámico Histórico y la terraza de verano. Semanas después se inauguraba la sala de cine Totalmovie.
Se había hecho lo más difícil. El Panorámico de Segovia había comenzado a funcionar.
Previstas para octubre, las aperturas de la llamada “Lonja de la Mesta” y del “Caserón de los Artefactos”; aún a pesar de estar terminados; no llegaron a producirse, pues la suma de acontecimientos negativos había generado mucha desconfianza entre los posibles arrendatarios de los espacios comerciales.
Durante el otoño las instalaciones siguieron abiertas, pero éstas fueron reduciendo su actividad hasta su cierre definitivo a finales de 1996.
Las instalaciones construidas (1ª parte)
La proyección de una película de gran formato (70 mm) sería el aperitivo que los visitantes degustarían antes de acceder al Panorámico, sin duda el plato fuerte de su recorrido.
Sobre una pantalla gigante irían desfilando los paisajes y rincones más bellos de la provincia de Segovia mientras los espectadores, cómodamente sentados en sus butacas, seguirían el movimiento de la cámara, disfrutarían del olor de la tierra mojada y sentirían la brisa o la lluvia en su rostro gracias a los, por aquel entonces, futuristas sistemas de efectos especiales.
El precio de la entrada era 500 pesetas (3 euros)
En la parte inferior del edificio de la ermita se instaló el Aula Informativa.
Dependiendo del tipo de colectivo se realizarían juegos diversos, concursos de todo tipo, yincanas e incluso redacción e impresión de periódicos.
Texto: Tomás Ruiz
Fotografías: Daphneé García y Tomás Ruiz
Localización: Abandonalia