El papa Francisco, la bestia negra de los K

Publicado el 20 marzo 2013 por Siempreenmedio @Siempreblog

No soy católica ni prácticamente aunque alguna vez lo fui. Sin embargo, no puedo dejar de alegrarme por el nuevo papa. No porque sea argentino, mi país de origen, sino por todo lo que representa y por atreverse a hacerle frente al gobierno, criticando sus derroches cuando la pobreza asola cada vez más a este país latinoamericano.

Por todo ello, me indigna la hipocresía de los gobernantes argentinos de turno, encabezados por Cristina Fernández de Kirchner, quienes han querido convertirlo en su bestia negra. Afortunadamente, no lo han logrado. O mejor dicho, no han podido. La presidenta de los argentinos se revuelca en un fango de lodo cuando intenta vincular a Jorge Bergoglio con la dictadura de su país; una tesis que montó a los pocos minutos de que fuese proclamado papa y que sólo duró dos días porque incluso personas allegadas al gobierno y hasta el Premio Nobel de la Paz, el activista argentino Adolfo Pérez Esquivel, la desmontaron.

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En la ceremonia de nominación del nuevo papa, Kirchner no dudó en sentar a su lado al ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Héctor Timerman, quien sí tuvo relación con los gobiernos militares dirigiendo en su juventud La tarde, un diario pro-dictadura en el que promocionaba al gobierno de Videla. Quien fuera periodista, en la actualidad no escatima en emprender acciones en contra del cuarto poder, sobre todo si se opone al gobierno.

Y aunque en su momento se arrepintió, Timerman se ha vuelto a equivocar en su nuevo oficio. Como principal responsable del departamento que dirige, no emitió un solo comunicado ni hizo manifestación alguna sobre Bergoglio. Los diplomáticos argentinos en Europa no quisieron atender ni responder ningún llamado de la prensa mundial si antes no recibían instrucciones de la cancilleria y de Timerman sobre qué decir frente al Santo Padre argentino, tal y como denunció el diario Clarín el 14 de marzo. “En las embajadas argentinas en Europa, los diplomáticos argentinos estaban encantados y orgullosos con la ordenación de Bergoglio pero temerosos de que, por solo expresar esa alegría, pudieran ver sus carreras finalizadas por decisión del gobierno kirchnerista”, publicó el periódico.

Ni un ministro del gobierno, ni un diplomático u oficial argentino apareció en la televisión o la radio europea a pesar de que Argentina jamás ha sido tan mencionada en la prensa del mundo entero. Sólo se atrevieron unos pocos, como el embajador ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, el senador Aníbal Fernández o el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto.

Hay quienes están convencidos que la historia argentina se empezó a escribir hace apenas diez años y pretenden borrar de un plumazo todo lo anterior. Lo bueno y lo malo. Es una lástima.