A ver si os puedo conocer a todos... tenemos cuatro horas por delante, así que...
El Papa Francisco lo ha vuelto a hacer otra vez. Ha vuelto a poner el mundo de medio lado dejándonos a todos fascinados e inquietos con sus últimas opiniones y acciones ( nada polémicas, no, que va...). Saltándose por completo la máxima de los habitantes del Vaticano de que es mejor vivir como grandes hombres que serlo, el Papa Francisco, al que a partir de ahora voy a empezar a llamar el Papa revolucionario, ha vuelto a dejar claro que él no piensa pasar por el aro. No piensa ser un Papa títere y de "quedar bonito" como han sido tantos otros, y va a vivir y a pensar según sus dogmas religiosos, que por otra parte se supone que son también los del resto de los habitantes del Vaticano aunque no se note mucho. En un mundo en el que ser consecuente con lo que se cree conlleve eso lo que conlleve es cada vez más raro y está más "demodé", el Papa Francisco ha decidido hacer oídos sordos a los Cardenales y a los Obispos que ya le empiezan a mirar un poco mal y ha decidido ponerse a bailar con la gente a ver qué diantres pasa. ¿No se mezclaba Jesús con la gente? Pues él también... Aparte de su rebelde negativa a ir cargado de oros y a no tocar a la gente ni con un palo como han hecho la mayoría de sus antecesores, ahora, además, ha decidido mojarse un poco los labios para prepararse bien, y ha dicho a unos cuantos periodistas con la naturalidad del que pide una hamburguesa en un Mac Donalds que " si un gay se acerca a Cristo y tiene buena voluntad, ¿quien soy yo para juzgarle? Los periodistas han debido de abrir tanto la boca que seguramente podrían haberse metido por ella un cucurucho al cruzado si se lo hubieran propuesto, pero él se ha quedado como si tal cosa; total, ha subido al avión en el que estaban los periodistas, y como se aburría un poco porque la biblia siempre es lo mismo se ha dicho: "pues venga, voy a hablar con estos chicos tan majos", y así, siguiendo la idea de que todo el mundo puede acercarse a Dios, ( idea que en realidad se supone que es uno de los pilares del cristianismo aunque muchos la hayan olvidado por completo), se ha puesto el mundo por montera y ha dicho que él no es nadie para juzgar a los demás haciendo que los suelos del Vaticano hayan empezado a rajarse en ese mismo momento. Me imagino que en los sótanos del Vaticano ya se habrán realizado unas cuantas "reuniones" de urgencia para hablar del Papa osado y de su lengua larga, y que además se habrán puesto unas cuantas dianas con su foto en el centro para que aquellos que lo deseen puedan descargarse a gusto con ellas. No creo que los habitantes del Vaticano, esos que disfrutan tanto con la falta de novedades en el frente, estén muy contentos que digamos, porque debe ser muy jodi...o que después de haberse pegado la vida intentando que el imperio de materialismo y de cinismo que han contruido con tanto esfuerzo y tantas quemas en la hoguera se quede como está, venga el Papa idealista y rebelde y se ponga a tirar las columnas que lo sostienen. Si es que la vida es una sorpresa, es una tómbola en la que a veces te toca un perrito piloto y otras una sartén que está rallada y que no sirve para nada. Hay gente que dice que el Papa Francisco está actuando y que todo es parte de una especie de montaje urdido para que la Iglesia pueda limpiar un poco su imagen, ya que al parecer ésta se ha quedado un poco dañada después de los últimos escándalos de pederastia que han salido a la palestra ("malditos periodistas, a ver si los queman a todos"... debe de decir algún que otro Cardenal... ), y después de haberse sabido que en el banco del Vaticano no hay tanta transparencia ni tanta honestidad como parecía que había. Yo no sé si esta versión, la de que todo forma parte de un plan de lavado de cara de la Iglesia, es cierta, la verdad, porque estoy demasiado fascinada con los arranques de rebeldía del Papa Francisco como para ponerme a pensar en planes ocultos y en lavados de imagen. Yo soy de esos ilusos que todavía piensan que cada mil años más o menos nace alguien con decencia y ganas de cambiar las cosas destinado a tener algo de poder. Para mí es una cuestión de probabilidad matemática, porque se supone que si de cada mil nacimientos hay unos treinta de ellos destinados a tener poder, tiene que haber alguno que se salve, digo yo. No sé si este Papa entrará en las mismas secciones de los libros de historia que Gandhi, Nelson Mandela y demás personajes que intentaron hacer de su pedazo de mundo un pedazo mejor, pero si es así bienvenido sea, porque cada vez hay menos gente en el poder que inspire otra cosa que no sea asco u odio visceral. Mientras las incógnitas que hay tras el comportamiento del Papa rebelde se van despejando poco a poco, seguiré sus pasos muy de cerca y estaré atenta a lo próximo que se le ocurra, que espero que sea tan subversivo o más que lo que está diciendo y haciendo ahora, y que al final sea cierto eso de que cada mil nacimientos y treinta de esos destinados a tener poder siempre hay alguno que trata de marcar la diferencia.