El papel de la policía

Publicado el 31 marzo 2014 por Fabio Expósito Rodríguez @FabioExposito
A raíz de los incidentes acaecidos en la 'Manifestación de la Dignidad' del 22 de marzo, han vuelto a reavivarse las críticas hacia los antidisturbios en particular, y la policía en general. Así las redes sociales, convertidas en auténtica vara de medir del sentir ciudadano, recogen opiniones a favor y en contra de las mal denominadas "Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado". Los de un lado defienden la importancia esencial (e incuestionable) de la policía en nuestras vidas, los del otro la brutalidad e impunidad con la que emplean la violencia.

Imagen recurrente estos días en redes sociales


Y aquí está una de las claves de la posición que ocupa actualmente la policía en nuestra sociedad. Resulta evidente que el Estado mantiene el "monopolio de la violencia", esto no lo he inventando yo sino un tal Max Webber, el problema surge cuando ese privilegio que da existencia a la denominación del propio Estado, se utiliza como arma de represión. La seguridad es un tema fundamental en las políticas de cualquier gobierno, a pesar de que para la mayoría de nosotros pase desapercibida. Y el uso que se hace de la policía por parte de estos gobiernos define por tanto la política del mismo. Así pues, y por muy triste que sea para algunos aspirantes a héroes de la patria, la buena policía es aquella que no se ve. La policía eficiente es la que, por ejemplo, mantiene el orden en una manifestación sin tener que visualizarse con decenas de furgonetas apostadas cada cincuenta metros.
Aunque esta situación de idoneidad sea cada día más compleja de alcanzarse. Sobre todo por dos razones, la citada política belicista de algunos gobiernos, en concreto del gobierno español, y el crecimiento de grupos antisistema al amparo de las políticas económicas neoliberales de empobrecimiento de la población. El resultado es conocido, titulares sensacionalistas y desviación de la atención mediática sobre los problemas reales.

Actuación policial frente a manifestación pacífica de adolescentes en Valencia. Febrero 2012

Pero no sólo los políticos tienen la culpa del desamparo en que nos encontramos la mayoría de ciudadanos frente a la policía. Existen múltiples casos de abuso de poder por parte de algunos individuos, que vestidos de uniforme, sobrepasan los límites de su responsabilidad. Suele tratarse de casos aislados, pero de la misma forma que renegamos de la corrupción también hay que alzar el grito al cielo contra este aprovechamiento de poder. Desconozco los objetivos vitales y las normas morales de los que ejercen la violencia sin control con armas que todos hemos pagado, pero es necesaria la creación de instrumentos para que esto no se repita más.
A los antidisturbios se les obliga desde hace poco a llevar un número identificativo en la espalda, a mí parecer bastante pequeño, ¿pero quién nos protege cuando no hay cámaras? Ignoro cómo son en esencia las pruebas psicológicas para entrar a formar parte de la policía, pero visto algunos casos de extremo abuso de poder se presentan escasas.
Para mí la solución pasa por dos cuestiones principales. Mayor control de la ciudadanía hacia la policía, que debe reafirmar su posición de protección y no de dominación sobre el resto. Y mayor autonomía en las decisiones de los responsables policiales frente a los gobernantes, así como una necesaria reagrupación de los diferentes estamentos (Policía Local, Autonómica, Nacional y Guardia Civil) en uno solo. Y quizás así algún día la policía ocupe el papel que se merece y sea incluso un honor formar parte de la misma. Por el momento os dejo este vídeo del 29 de marzo.