Pues este eslogan puede ser aplicado a los negocios. Todo mercado pasa por unas fases inexcusables. Por fortuna o desgracia nada es para siempre y todo tiende un momento de esplendor y otro de decadencia y desaparición. El paleolítico desapareció con la revolución neolítica, y éste con la edad de los metales. Los fabricantes de hachas de piedra no pretendieron cobrar un canon a los fabricantes de hachas de metal. Simplemente se adaptaron o desaparecieron.
Igualmente, que los creadores de hornos de leña no denunciaron la aparición de cocinas de gas, ni estos a los fabricantes de vitrocerámicas. Los procesos se van mejorando, es ley de vida. La innovación es motor de desarrollo. No podemos permanecer anclados en el pasado eternamente.
El mundo de la música ha evolucionado: se venden menos cd's, pero se mueve mucho más dinero que antes con menos gastos (descargas de politonos, itunes...) y hay muchas más bandas. Pero el mercado se ha abierto y ya no hay cuatro o cinco compañías que deciden qué grupo toca y cuál no. Ahora todo está mucho más abierto.
Con el cine pasa algo parecido. Antes el cine era una opción de ver un espectáculo que era imposible en casa. Ahora tenemos home cinemas, pantallas planas con calidad excepcional e incluso proyectores para montar un pequeños cine doméstico sin aguantar los inconvenientes de las salas tradicionales. El cine tradicional debe reinventarse así mismo si no quiere morir (las salas 3d siguen triunfando)
El ebook es el futuro. Sólo le falta que los ereaders bajen de precio. Los costes se abaratarán una barbaridad, a casi cero (no hay impresión, no hay distribución física) y una editorial modesta podrá comercializar sus productos en todo el planeta, cosa inimaginable hace unos años.
La prensa escrita, tradicional y anquilosada ha sido la última en apuntarse al carro de las quejas contra Internet. Pero es que ahora no tenemos que conformarnos con un periódico, porque en un clic podemos contrastar la noticias en varios medios, y ver su repercusión en los rotativos de otros países ¿por qué conformarnos con una opinión cuando podemos comparar y formarnos la nuestra propia?
Efectivamente, la revolución digital hará que los acomodados no ganen tanto. Las editoriales consolidadas, las grandes discográficas no tendrán todo el pastel. Ahora tienen que repartir el mercado. Es normal, y es bueno. Ahora cualquier banda graba su cd para que sea escuchado y descargado en todo el mundo. Ahora una editorial periférica puede colocar sus obras donde quiera. Ahora podemos contrastar noticias... En definitiva, ahora podemos elegir un poco más en este espejismo de libertad que es Internet. Los monopolios están cambiando, y su frustación se refleja en una pataleta infantil que gobiernos y los manipuladores de opinión tratan de conformar un Internet moldeable a su antojo, como han venido haciendo hasta ahora. Pero Internet es, en cierta medida, libertad, y eso no interesa a los magnates de la política ni a los creadores de opinión. www.alfonsovazquez.comantropólogo