El paraíso de los amantes del queso: Poncelet Cheese Bar

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

Cualquiera que tenga una mínima noción de inglés puede intuir lo que se va a encontrar en el intenso Poncelet Cheese Bar. Queso, mucho y delicioso queso, en todas sus variedades, formas y estados. Si alguno de los aquí presentes es adicto o apasionado de este producto, corre el riesgo de caer desmayado si continúa leyendo las próximas líneas.

Ubicado en Chamberí, en la Calle José Abascal 61, en una de las zonas más nobles de Madrid se destapa este restaurante temático, abierto en el año 2011 y cuya carta y espíritu giran en torno a la veneración de un producto, tan sencillo y a la vez complicado como el queso. Su local, amplio, cálido y de diseño moderno, se basa en la madera como sustento principal. Una manera de combinar un estilo vanguardista con toques más rurales. Unos cambios de escena que también se abrazan en la carta de este genial sitio.

Sólo con deciros que su carta cuenta con más de 150 referencias de quesos españoles y unas 200 de toda Europa os podéis imaginar del festín que os podéis dar en este lugar los amantes del queso, donde cuentan con el asesoramiento de un Maestro Quesero. Lo podréis saborear en su formato más sencillo, como tablas, o por el contrario, en otras modalidades como ensaladas, croquetas o arroces. En todas ellas con un mismo resultado: un intenso y sublime sabor.

Poncelet Cheese Bar es un lugar único y con personalidad. Ya tuve la suerte de probarlo hace un tiempo y hace unas semanas volví a él en busca de un buen homenaje quesero. Esta vez lo hice probando su nuevo espacio, La Barra de Cheese Bar, con un toque más informal y una carta especialmente diseñada para compartir con amigos, y que tiene servicio de cocina non-stop de 12:30 a 00:00. Pero hay algo que permanece igual, el excelente trato al queso. Como siempre, aquí os traigo un detallado reportaje de lo que comimos:

Empezamos abriendo boca con una Ensalada agitada poncelet, con parmigiano reggiano, hojas verdes, salsa de mostaza y miel, pan frito, tomatitos y pollo confitado. (4,50€)

Después vino un delicioso Hummus de queso majorero con torta de pan de pita (5€)

No podía faltar una Selección de croquetas (4 unidades), Absolutamente DE-LI-CIO-SAS, rellenas de distintos tipos de quesos, hay que probarlas sí o sí. (6€)

Luego uno de mis platos preferidos, una Provoleta de queso Murcia al Vino de la Quesería Villavieja, con puré de tomate trufado. (5€). Junto a las croquetas mi otro vencedor de la noche.

Para ir cerrando la velada, una Hamburguesita de ternera, con queso Comté, tomate seco y bacon crocante (4,5€ la unidad)

y para cerrar este homenaje lácteo, una tabla de quesos, ordenados de menos a mayor intensidad que estaba muy muy rica.

Sin duda, el único motivo para no ir a este lugar es que no os guste el queso, si por el contrario, sois de los que aguantáis su intenso sabor en cualquiera de sus variedades, tenéis una cita pendiente.