El Parasaurolophus buceador y el misterio de su cresta

Publicado el 26 marzo 2019 por Tdi @RLIBlog

La paleontología tiene la peculiaridad de haber respondido a las preguntas sobre aquello que desconoce con las hipótesis más inverosímiles y descabelladas. Eso nos ha permitido comprobar que, ante la falta de evidencia, estaban dispuestos a plantear cualquier opción posible e incluso imposible. A veces había osados periodistas sin conocimientos en la materia que proponían situaciones más alocadas, como el Stegosaurus, un dinosaurio de unas cinco toneladas, saltando de acantilados desde acantilados para volar con sus pequeñas placas dorsales.

Como podréis ver en esa entrada y en las enlazadas en su interior, siempre se ha estado abierto a considerar la existencia de dinosaurios terrestres, voladores, arborícolas y acuáticos. Con el Parasaurolophus, uno de los dinosaurios cuya imagen es más reconocible, ocurrió lo mismo.

El Parasaurolophus fue descrito en 1922 por el paleontólogo William Parks en base a un fósil encontrado en el río Red Deer de Alberta, Canadá. Pertenecía al grupo de los hadrosaurios, como el Corythosaurus o el Saurolophus encontrados antes. Inmediatamente sorprendió la estructura hueca de su cabeza, que presentaba conductos delimitados por finas estructuras de hueso.

Esta característica desató una pregunta evidente: ¿para qué le servía? Los hadrosaurios eran considerados como unos dinosaurios anfibios, siendo conocidos popular y erróneamente como "picos de pato". Debido a esa vida a medio camino entre el agua y la tierra, no era descabellado pensar que buscaría plantas blandas en zonas pantanosas.

En 1933, Alfred Sherwood Romer especuló que su cresta le podría haber servido de esnórquel o de cámara de aire. La ausencia de agujero desechó la primera hipótesis, pero la segunda ganó popularidad. Sin embargo, aunque los libros lo mostraran buceando en busca de comida, la cantidad de aire retenida hubiera sido ridícula para una criatura de su tamaño.


Dos años después, en 1935, Charles Mortram Sternberg, hijo del colector de dinosaurios Charles H. Sternberg, escribió un artículo sobre los dinosaurios "encapuchados" de Canadá del Cretático tardío, donde propuso que una curva en forma de U evitaba que el agua entrase en el sistema respiratorio mientras se alimentaban con la cabeza bajo el agua. No obstante, como indicaría posteriormente John Ostrom, la presión acuática superaría la del aire, inutilizando el sistema.

Abandonando la alimentación subacuática, Martin Wilfarth sugirió que las crestas de los hadrosaurios eran la inserción para largos hocicos carnosos, sin encontrar pruebas que lo respaldaran. El propio Ostrom, mencionado anteriormente, también propuso sin éxito que la longitud de los conductos nasales podrían haber mejorado su capacidad olfativa.

James Hopson escribió en 1975 en la revista Paleobiology sobre su posible función en la exhibición y como cámaras de resonancia para las llamadas a larga distancia con sonidos de baja frecuencia. Aún se desconoce cómo lograron esa característica cresta pero, actualmente, esta es la explicación aceptada para su función.

Fuente: Smithsonian magazine

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