El paréntesis del capitalismo, cerrado

Publicado el 18 octubre 2010 por Jesús_martínez
Corría septiembre de 2008 y el castillo de naipes financiero que se construyó con mimo durante años se desmoronaba. El sistema vivía los peores días de la historia reciente y los gobiernos corrían al rescate de los que antaño se hicieron ricos a toda costa, sin más, de los que asumían todos los riesgos posibles para incrementar hasta límites obscenos sus ganancias. Muchos pensaban que la nacionalización de algunos de los grandes bancos norteamericanos y de otros países europeos era el final del capitalismo feroz. Este derrumbe tendría que erigirse en el escarmiento para los que se han tratado de enriquecer en una suerte de casino que se jugaba, simplemente, lo que no tenía.
Pero, ése era el momento de aprovecharse de la mano pública -aquella que era denostada años atrás por ser absolutamente incompatible con el café para todos- con el objetivo de tapar un inmenso agujero generado por la codicia y la inmoralidad. Se acordaron cifras astronómicas para dar liquidez, se echó mano del dinero de los contribuyentes para rescatar a los principales responsables de este desastre.
Y tras este “paréntesis en el libre mercado” como llegó a reclamar el ejemplar, Gerardo Díaz-Ferrán, todavía presidente del empresariado español, todo se olvidó. Los gobiernos se olvidaron de ser beligerantes a la hora de pedir que la banca abriera el grifo de la financiación tras la inyección pública; los todopoderosos y omnipresentes mercados se olvidaron de qué es lo que los había llevado al precipicio; la sociedad se olvidó de reclamar lo que era suyo y de exigir mayor control en el uso de SU dinero.
El resultado es que dos años después de aquella catástrofe financiera las aguas vuelven a su cauce. Un ejemplo sangrante e indignante, a partes iguales: en 2010 se batirán todos los récords en los ‘premios’ económicos a los banqueros de Wall Street, por volver a las ‘buenas’ prácticas que suponen asumir altísimos riesgos para lograr los más rápidos y jugosos beneficios. Está claro que hoy, el paréntesis del capitalismo se ha cerrado.