El paripé del 15 de noviembre

Publicado el 14 octubre 2021 por Santamambisa1

Tomado de El Milenio

Hay varias razones para afirmar que la solicitud que se hizo, con el objetivo de manifestarse el próximo 15 de noviembre, no es legal; pero quienes intentan provocar y llevar a cabo tal hecho obvian ese detalle y recuren la retórica de siempre, la que hemos escuchado una y otra vez.

Centrémonos en los hechos. Primeramente, solicitan la liberación de las personas que hoy están recluidas por los hechos acaecidos el pasado 11 de julio, o sea, por vandalizar, robar, agredir, dañar; en fin, con esa reivindicación buscan anular completamente la ley y dar rienda suelta a que cualquiera pueda violarla por voluntad propia, cuestión claramente inconstitucional. A su vez, se solicita que las diferencias entre cubanos se resuelvan mediante “vías democráticas”, ¿a qué se refieren estos personajes? ¿se refieren al pluripartidismo? Pues esto también es anticonstitucional dado que el artículo 5 de la Carta Margan refiere lo siguiente:

“El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado. Organiza y orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista. Trabaja por preservar y fortalecer la unidad patriótica de los cubanos y por desarrollar valores éticos, morales y cívicos.”

Lo que parecen desconocer los que promueven tal dialogo es que esas vías democráticas ya están creadas y querer abrir vías nuevas es una estupidez de quienes solo quieren anular nuestra democracia, nuestra libertad y nuestra participación, eso que escogimos nosotros los cubanos.

Por otra parte, y hablando de los mismo, ¿se puede citar a medias un artículo de la Constitución para solicitar una marcha que tenga exigencias inconstitucionales? Los límites del derecho individuales yacen cuando estos se utilizan para afectar los derechos ajenos o colectivos, pero no lo digo yo, vayamos a la Constitución en su artículo 45:

“El ejercicio de los derechos de las personas solo está limitado por los derechos de los demás, la seguridad colectiva, el bienestar general, el respeto al orden público, a la Constitución y a las leyes.”

Ahora, ¿ dónde está el respeto a las leyes cuando se pide anular las vías democráticas establecidas que yo y la mayoría de los cubanos escogimos, me refiero a los 86,85%? ¿Dónde está el respeto a las leyes vigentes cuando se pide liberación de personas que violaron e incumplieron la propia ley? ¿Hay respeto a “la seguridad colectiva, el bienestar general, …al orden público”?

Ellos argumentan que es una marcha contra la violencia, una marcha pacífica, pero Saily Gonzales Velázquez, quien es una de las protagonistas de este show y vive en la misma ciudad donde resido, Santa Clara, por lo que me veo obliga a respirar su mismo aire, publicó un anuncio de la pretendida manifestación del 15 de noviembre con una imagen violenta del 11 de julio, o sea, se dicen pacíficos pero se promocionan con una imagen de lamentable violencia; ahí está su respeto por el orden público. Además, exigen que se respeten los derechos de todos los cubanos, pero se niegan a hablar del bloqueo impuesto por los Estados Unidos a Cuba, aunque ese sea el acto genocida que viola realmente los derechos de los que vivimos aquí, reconocido como tal por 184 países de la comunidad internacional.

Hablemos de quienes han dado públicamente su apoyo a la marcha: la Fundación Nacional Cubano-Americana, organización terrorista que durante años ha promovido la desestabilización en Cuba a través de la violencia y el terrorismo; la Embajada de Estados Unidos en Cuba, la cual no se preocupa por la manifestación que hubo hace poco en frente de su cede para pedir la reapertura del Programa de Reunificación Familiar, pero sí apoyan esta otra marcha, autodenominada, Por el Cambio en Cuba; se suman influencers  conocidísimos por su postura anticubana y anticomunistas, así como por promover el odio entre cubanos. Casualmente fueron estos mismo lo que, a raíz del 11 de julio, pidieron una Intervención Militar a la Mayor de las Antillas, lo que significaría una devastación holocaustica; ahora, apoyan una manifestación que se dice pacífica y que no pone en peligro la seguridad nacional.

Es muy difícil montar un show “pacifista”, cuando son los promotores de la violencia quienes apoyan; es muy difícil convencer de que las intenciones son de respeto, cuando se solicita lo que pasa por encima de la voluntad colectiva; es muy difícil creer a quienes, con intereses entreguistas, quieren hablar de democracia y quieren promover un ambiente de tensión justamente cuando se reaperturarán las fronteras, el turismo, las escuelas y comenzaremos a recuperarnos económicamente dentro de los posibles o lo que nos deja la administración norteamericana.