Curruca capirotada, especie habitual en parques urbanos
Javier Rico
A la espera de que, respetando el compromiso con los vecinos y vecinas, abran al público los jardines de la finca de Vista Alegre, los parques de los barrios de Carabanchel son sobre todo periféricos. Por aquí han pasado ya el de Las Cruces, San Isidro, Pinar de San José y Manolito Gafotas, Emperatriz María de Austria, Eugenia de Montijo y la parte alícuota de Madrid Río. En el interior del distrito quedan pequeñas zonas verdes: Santa Rita, Comillas y plazas ajardinadas como las de Las Palmeras y San Vicente de Paúl, entre otras. Hoy nos toca acompañar a las aves en dos parques, uno más interior (Pan Bendito) y otro, aún sin nombre, más periférico (rodea al cementerio de Carabanchel Alto). ¿Y qué aves destacamos de nuestra nueva aventura urbana? Las currucas
Tanto en el de más consolidada estructura vegetal (el de Pan Bendito), como en el más nuevo (el del barrio de Buenavista o de Carabanchel Alto) las aves se convierten en protagonistas continuas de los recorridos. Cada especie se hace notar principalmente en su micronicho, pero sin dejar de revolotear y piar por otros aledaños. Las currucas son muy amigas de los setos, de las matas de boneteros, aligustres, rosáceas y pittosporum. Y por ahí las vimos, en rodales incluso pegados a áreas infantiles con madres y padres columpiando a sus nenes que no entendían el interés que tenían para nosotros las ramas más conspicuas de estos setos.
Pradera con una pequeña ría en el parque de Pan Bendito
Tanto la curruca cabecinegra como la capirotada son habituales en parques y jardines de Madrid, y más ahora que, como en el caso de colirrojos reales y papamoscas cerrojillos (a ambos también los vimos por estos lares), se unen algunos efectivos migrantes que hacen el recorrido Europa-África, especialmente de capirotadas. Como en tantas aves, de las currucas llaman primero la atención sus reclamos, un continuo chec-chec-chec que varía según la especie y que suele preceder a algún tono más melodioso. Una vez oído, solo hay que permanecer quietos para ver sus finas siluetas de largas colas en lo más sobresaliente del matorral. Ah, una propuesta, ya que el parque donde las vimos no tiene aún nombre nos decantamos por el de Las Currucas o ¿por qué no de Las Aves?
Uno de los rincones del parque que bordea el cementerio de Carabanchel Alto
Fue uno de los momentos álgidos del recorrido, pero hubo muchos más, algunos asociados a querencias del resto de especies: el petirrojo acompaña a las currucas en ambientes similares; los pitos reales se hacen dueños de los pinares en estado incipiente de crecimiento; las lavanderas blancas enseñorean su bella y estilizada librea en las praderas más húmedas; los mirlos emiten su estridente voz de alarma mientras entran y salen de matorrales más crecidos y tupidos; y, en fin, una charca siempre es un buen lugar para hacer una espera y ver cómo gorriones (comunes y molineros), verdecillos y verderones bajan a abrevar y asearse.
Atentas a las evoluciones en los árboles de carboneros garrapinos y comunes
Sí, nos faltan las cotorras, las palomas (torcaces y comunes), las urracas y los estorninos (sin olvidar a carboneros, herrerillos y agateadores), entre otros, pero queremos concluir esta entrada recomendando no dejar de lado el tesoro botánico que se reparte por ambos parques. En el de Pan Bendito es una pena que languidezca una rosaleda. Afortunadamente olmos, pinos, castaños de indias, álamos, cipreses, prunos y árboles del amor compensan el abandono de los rosales. En el de Carabanchel Alto, mucho más extenso, dominan las praderas, pero también hay espacio para pinares e incluso encinas salpicadas entre los pinos y tarays allá donde hay rías artificiales.
Reservamos el encuentro con otros rincones de interés, menos transitados pero muy jugosos desde el punto de vista ornitológico, para los coles, institutos y familias que acompañen a Aver Aves en próximas salidas. Centros escolares como el Maestro Padilla, República de Colombia, Puerta Bonita o Arenales quedan cerca de cualquiera de los parques reseñados. Con el último de ellos ya recorrimos otra zona verde cercana (Emperatriz María de Austria, alias Parque Sur). Por cierto, cerca queda la calle Halconero del Rey. Por aquí no vimos al halcón peregrino, pero sí a un falcónido más pequeño, el cernícalo vulgar.
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