Información básica para el Parque Nacional Tsingy de Bemaraha
Alojamiento en Bekopaka
Si tú también has empezado tu viaje haciendo el descenso del río Tsiribihina, terminarás casi seguro en el Parque Nacional Tsingy de Bemaraha. Dependiendo de lo que hayas acordado con tu guía, dormirás en alguno de los lujosos resorts que hay por el pueblo o por el contrario, si tienes un presupuesto más ajustado o no has querido pagar mucho, puedes dormir en un camping en las tiendas de campaña que has usado por el descenso (como hicimos nosotros). Todos los alojamientos se encuentran en el pueblo de Bekopaka. Nuestro camping era muy básico, con baños compartidos y zona donde poner las tiendas de campaña, aunque había bungalows donde alojarse por algo más de dinero (pero los baños se siguen compartiendo). Pero por otro lado, el ambiente era muy animado, con los guías cenando. Fue en una cena donde contratamos el viaje por la costa desde Morondava a Tulear.Pequeños lujos en el Parque Nacional Tsingy de Bemaraha
Aunque te alojes en uno de los lugares más baratos del Bekopaka, puedes acceder a pequeños grandes lujos durante tu estancia en el pueblo, sobre todo el día que llegas y después de visitar los Tsingy. Te preguntarás qué lujo puedes tener. Ni más ni menos que darte un chapuzón en alguna de las piscinas de alguno de los resorts.Nosotros elegimos por recomendación de Bee el Grand Hotel Bekopaka. Ahí te proporcionan toallas, hay baños limpios, duchas, zona de tumbonas, bar y, por supuesto, una piscina. Al no alojarte en el hotel, tienes que pagar 10.000 MGA (unos 2,5€). Sinceramente una de las mejores cosas que pudimos hacer para refrescarnos.
Preparándote para visitar el Gran Tsingy
La visita en el Parque Nacional del Tsingy tiene dos principales puntos: el Grand Tsingy y el Petit Tsingy. El pequeño es apto para todos los públicos, sin embargo para el Grand Tsingy es recomendable tener un par de cosas en cuenta:- No tener demasiado miedo a las alturas. Antes de comenzar la visita, te pondrás un arnés y lo utilizarás siempre. Tendrás que ir por pasarelas, puentes colgantes que se mueven y tienen un gran foso abajo e ir saltando de Tsingy en Tinsgy. Dicho esto, yo tengo algo de miedo a las alturas y, aunque en algún momento tuve que pensármelo tres, cuatro y hasta cinco veces, lo hice y la recompensa es más que gratificante.
- Tener una condición física normal. No es necesario saber de escalada o estar muy en forma para hacer el recorrido, pero sí tener un mínimo de agilidad para poder ir subiendo. Puede que para personas que tenga ciertos problemas de movilidad, no sea recomendable. Pero tu guía te lo dirá.
- Ropa y calzado adecuado. Sobre todo, calzado para poder ir trepando.
- Agua. Es imprescindible. Me bebí una botella entera de litro y medio en las dos horas que estuvimos ahí. Hace mucho calor y lo vas a necesitar para no desfallecer.
- Linterna o frontal. En este bosque de piedras calizas, pasarás a veces entre paredes altas sin luz, por lo que es recomendable llevar un frontal para saber dónde poner el pie.
- Madrugar. Ya dicen que a quien madruga Dios le ayuda y en el Tsingy un poco más. Primero, no habrá nadie (nosotros fuimos los primeros) y luego el sol todavía no calentará a toda su potencia y podrás ahorrarte unas gotas de sudor.
- Comida. No es mala idea llevarte algo pequeño para comer por si te entra el hambre o te da un bajón por el calor. Recuerda no tirar nada de basura.
- Apertura. Ten en cuenta que en la época de lluvias este parque suele ser inaccesible y no podrás disfrutarlo. Esta época suele durar de octubre-noviembre a diciembre-enero.
Trepando por el Gran Tsingy
Madrugamos mucho para evitar al máximo el calor sofocante. Después de un desayuno energético, nuestro guía vino a buscarnos. Los cinco más el guía y el conductor, fuimos hasta una de las entradas para del Gran Tsingy. Con la mochila a la espalda con dos botellas de agua (que terminaron vacías). Nuestro guía nos explicó el recorrido que íbamos a hacer y lo que íbamos a ver, además de las recomendaciones de seguridad. Lo primero, ponernos los arneses que son obligatorios para hacer esta visita.Una publicación compartida por FlaviaAroundTheWorld (@flaviaroundtheworld) el Sep 16, 2016 at 4:33 PDT
Seguimos un camino y encontramos los primeros lemures blancos. Una gran familia estaba en los árboles cercanos. Unos dormía, otros comían y otros saltaban de rama en rama. ¡Qué gran recibimiento!
Volviendo al puente. No había puerta de los arrepentidos, así que no me quedo otra que armarme de valor, no mirar para abajo y pasar poco a poco. Lo conseguí. ¡Y subidón! Después de eso ya me veo capaz de casi todo (excepto puenting o paracaidismo).
Al volver al punto de inicio para coger el coche de nuevo, vimos un lemur nocturno y la familia de lemures blancos, que seguía por ahí.