El PP se radicaliza y los soviet entran en escena. Varios dirigentes (Javier Maroto y Andrea Levy) reclaman en público una depuración y hasta "una purga". Exigen una lavado que "se lleve a quien se lleve y caiga quien caiga". Es posible que en las próximas horas, se sumen a estas declaraciones otras relevantes figuras del partido.
La figura del Comisario Político podría ser una opción dentro de la formación política y un Soviet Supremo –controlado por los "puros"– dirigir un partido renacido.
La semidesértica comarca aragonesa de Los Monegros, seria habilitada como gulag para enviar a los políticos, militantes y altos cargos "purgados" del PP. En estas instalaciones sufrirían un proceso de "reeducación" y "redención", mediante trabajos solidarios no remunerados.
El resto de las formaciones políticas, incluso los que han sido tachados de radicales y bolivarianos, muestran su estupor ante las extremas medidas para sanear el partido. En el ámbito internacional, Venezuela, Cuba y Corea del Norte se han ofrecido a asesorar al PP.
Los más moderados dentro del partido, temen que medidas tan extremas obliguen a la nueva dirección del partido a abandonar la economía del mercado, dar un giro radical hacia la izquierda y buscar sus votantes en “nichos” que desconocen.