Pienso que para 1928 ya se había llegado a un punto de no retorno. El Congreso no se conformaría con menos que la independencia total. Pero hay formas y formas de hacer las cosas. Los británicos agravaron la situación demostrando un desprecio supino hacia los indios, al nombrar la Comisión Simon para que considerase las reformas políticas y constitucionales en la India y no incluir en ella a ningún indio. Ni tan siquiera se molestaron en preguntarle su opinión al Congreso.
El Congreso contraatacó organizando su propia comisión compuesta sólo por indios, que elaboró el Informe Nehru, que pidió para el autogobierno para la Indiay el estatus de Dominio dentro del Imperio. Las cosas estaban ya tan enconadas que a algunos jóvenes líderes como Subhash Chandra Bose o Jawaharlal Nerhu, el hijo de Motilal, les pareció timorato. Lo de pedir el estatuto de Dominio dentro del Imperio era una mariconada. Lo que querían era la independencia total y la ruptura de todos los vínculos con el Imperio Británico. Gandhi intentó templar gaitas y pidió a los británicos que le otorgasen a la India el estatus de Dominio en el plazo de dos años. Dado su prestigio, si los británicos hubieran cedido, la situación habría podido reconducirse. Pero los británicos eran demasiado chulos para ceder.
El 31 de diciembre de 1929 se celebró bajo la presidencia de Jawaharlal Nehru una sesión del Congreso en Lahore que amenazó con una campaña de desobediencia civil ante la falta de acuerdo sobre el estatus de Dominio para la India. Tanimportante como esa amenaza fue la Declaración de Independencia que redactó Nehru y que decía: “Creemos que es el derecho inalienable del pueblo indio, como el de cualquier otro pueblo, el de tener libertad y disfrutar de los frutos de su trabajo y disponer de lo necesario para la vida, de manera que tenga todas las oportunidades para crecer. También creemos que si un gobierno priva a un pueblo de estos derechos y le oprime, el pueblo tiene el derecho a cambiarlo o abolirlo. El gobierno británico en la India no sólo privó al pueblo indio de su libertad sino que se ha fundamentado en la explotación de las masas y ha arruinado a la Indiaen lo económico, lo político, lo cultural y lo espiritual. Por consiguiente creemos que la Indiadebe romper el vínculo británico y alcanzar el Purna Swaraj o la independencia total.”
Otra consecuencia de la sesión de Lahore fue que Nehru empezó a ser visto como el líder indiscutible del Congreso, mientras que Gandhi asumía cada vez más el papel de líder moral y espiritual. Desde ese momento hasta su muerte, las políticas e ideologías del Congreso estarían fuertemente marcadas por Nehru. Los objetivos principales que Nehru se marcó, aparte de la independencia fueron: la libertad de religión; la libertad de asociación; la libertad de expresión; la igualdad ante la ley con independencia de la casta, el color o la religión; la protección de los idiomas y culturas regionales; la salvaguardia de los intereses de los campesinos y los obreros; la abolición de los intocables; la nacionalización de las industrias; el socialismo y el establecimiento de un Estado laico. La indóloga Martha Nussbaum cree que un pecado fundacional de la Indiafue la insistencia en el laicismo. Nehru era un laicista convencido y no supo entender el peso que la religión tenía para el pueblo indio. Otros muchos han culpado a Nehru del sesgo socialista y proteccionista que ha tenido la economía india desde sus inicios y que, afirman, no le habría permitido desplegar todo su potencial.
Su defensa del socialismo le costó choques con los elementos más conservadores del partido. No olvidemos que, a pesar de que Gandhi lo había convertido en un partido de masas, eran los miembros de las élites los que seguían llevando la batuta. Sus principales rivales en el tema económico fueron Sardar Patel, Rajendra Prasad y Chakravarthi Rajagopalachari.
En 1937 el Congreso tuvo finalmente ocasión de tocar poder, lo que suele ser el momento definitorio para muchos movimientos de liberación, momento definitorio que los más de ellos lo cagan.
A mediados de los años 30, los británicos finalmente se rindieron. En 1935 promulgaron la Ley del Gobierno de la India que introdujo un nuevo sistema de gobierno provincial que daba gran autonomía a las provincias. La India funcionaría como una federación basada en la unión de las provincias propiamente británicas con los estados principescos. Aunque a nivel central los británicos se reservaban amplias potestades y el sistema estaba pensado para que los maharajás sirvieran de contrapeso y hasta de traba a los elementos más independentistas, lo cierto es que las provincias recibieron poder real, aunque sujeto a la supervisión del gobernador. Aunque muy insatisfecho con la Ley, el Congreso decidió participar en las elecciones provinciales de 1937.
Las elecciones de febrero de 1937 representaron un rotundo éxito para el Congreso. De las once provincias en las que se celebraron, el Congreso salió vencedor en Madras, las Provincias Centrales, Bihar, Orissa, las Provincias Unidas, Bombay, Assam y la Provincia de la Frontera Noroeste.Aunque la Liga Musulmanade Ali Jinnah obtuvo malos resultados en todas partes, resulta significativo que las tres provincias en las que el Congreso no logró imponerse, fuesen precisamente de mayoría musulmana: Bengala, Punjab y Sindh. En estas dos últimas provincias, sus oponentes lograron presentarles como un partido hindú. Mal presagio para lo que vendría después.
En la campaña electoral el Congreso perdió algo de su candor virginal que es lo que suele ocurrir cuando los políticos acostumbrados a la oposición y sus gestos simbólicos tienen que bregar con el día a día de la política, que es bastante sucio. El Congreso hizo campaña apoyándose básicamente en los hombres de negocios y los terratenientes locales, es decir, en sus elementos más conservadores, pero la pela es la pela y a ver quién hace política sin fondos.
Con estos antecedentes no es de extrañar que en aquellas provincias en las que el Congreso llegó a gobernar, lo hizo inclinándose hacia los intereses de los terratenientes y de los hombres de negocios. Nehru llegó a sentirse tan frustrado que al año siguiente le escribió a Gandhi que sentía que “nos estamos hundiendo al nivel de los políticos normales que no tienen principios que defender y cuyo trabajo se rige por el oportunismo del día a día (…) El Congreso ha atraído ahora a su seno a miles que no están interesados en lograr el Swaraj o en unirse a la lucha, sino que simplemente andan buscando ganancias personales.” Pero estas quejas de Nehru nunca trascendieron. Nehru creía en lo de que los trapos sucios se lavan en casa y se abstuvo de criticar en público la ejecutoria de los gobiernos provinciales del Congreso.
Tras las elecciones, Nehru hizo un intento para atraerse a los musulmanes. En aras de estos esfuerzos, estableció una sección musulmana dentro del Congreso y se preparó para lanzar un seminario en urdu. Fue una idea condenada al fracaso desde el principio. El laicista Nehru no había acabado de entender la fuerza del sentimiento religioso musulmán ni se había dado cuenta de lo rabiosamente radicales en lo político que eran los líderes de la Liga Musulmana, empezando por Ali Jinnah.