El parto respetado y la cesarea

Por Mchristine @fnuestrodiario

"Según estadísticas del Ministerio de Salud, en el sector privado se realiza esa intervención quirúrgica en el 50% del total de los partos atendidos. La Organización Mundial de la Salud recomienda que esa tasa no supere el 17 por ciento.

Las clínicas privadas realizan el doble de cesáreas que los hospitales públicos. El dato fue revelado por el coordinador del área de Obstetricia del Ministerio de Salud de la Nación, Daniel Lipchak, durante la Semana Mundial del Parto Respetado."


Como habrán escuchado, hace más o menos un mes, se celebró la semana del parto respetado (lo sé, estoy un poco atrasada jeje). Hace tiempo que quería escribir un post sobre este tema, pero no había tenido tiempo antes.

Cómo seguramente le pase a varias mujeres, creo que no tuve un parto del todo respetado, aunque sé que fue bastante bueno a pesar de todo y, para mi, fue una experiencia maravillosa. En primer lugar, tuve una césarea, pero esa no es la razón por la que no creo haber tenido un parto respetado. La césarea realmente fue por razones médicas: después de un día de trabajo de parto y 8 cm de dilatación, mi bebé no bajaba por el canal de parto (no progresión del parto) y no quedaba otra opción más que la cesárea. Pero aqui es dónde viene la cuestión. Y empezamos con que el papá no pudo presenciar el parto porque no disponían de una sala quirúrgica adecuada. Bueno, realmente eso no me preocupó mucho, a esas alturas solamente quería que mi bebé naciera.

Y fue precisamente cuando nació dónde se da la segunda situación. Sólo me mostraron su carita por encima de las sábanas y se lo llevaron rápidamente, a pesar de que estaba en perfectas condiciones de salud. Finalmente, fue mi mamá, que estaba fuera de la sala de cirugía, la primera que lo tuvo en brazos (mi pareja tenía miedo de agarrarlo, ¡padres primerizos!). Pues, luego de bañado y cambiado, y mientras terminaban de coserme, una de las enfermeras lo trajo en brazos para enseñármelo. Fue cuando quise tocarlo que me di cuenta de que mis brazos estaban atados. Así que mi primer contacto con él fue recién cuando nos llevaron a la sala.

La verdad es que todos estos reproches de mi parte vienen ahora, en ese momento estaba demasiado feliz de tener a mi bebé conmigo, después de casi 40 semanas de espera, que ni siquiera pensé en ello.

Actualmente hay demasiadas cesáreas innecesarias, muchas veces pedidas por las mismas mujeres. Estas son cosas que ocurren en nuestro mundo actual, en el pasado esto no era una elección de la paciente, sino de los médicos. Pero aun los médicos deciden llevar a cabo una cesárea sin ser absolutamente necesario y sin agotar todas las alternativas antes. Y así la medicina termina siendo un negocio. Naturalmente, una cesárea es más costosa que un parto normal, generando esto mayores costos en el sistema de salud a nivel nacional. Las cesáreas evitables se calculan en 74.256 anuales y significan un gasto en el sistema de salud de 37 millones de dólares (datos de Argentina).

Pero no sólo al realizar una cesárea innecesaria están violando nuestros derechos. Muchas veces, en los partos normales las mujeres son tratadas de mala manera y hasta violentamente. Retándolas o insultándolas si gritan, por ejemplo, esa es una práctica muy normal, sobre todo en los hospitales públicos. Yo no lo he vivido pero me lo han contado.

La mayoría de las veces, esto ocurre porque nosotras mismas no conocemos nuestros derechos. Por eso me pareció buena idea transcribir el artículo 2 de la ley de 25.929 - Ley de Parto Humanizado -

Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene derecho:A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas, de manera que pueda optar libremente.

A ser tratada con respeto, de modo personalizado y que se garantice su intimidad.

A ser considerada, como una persona sana, de modo que sea protagonista de su propio parto.

Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas.

A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija.

A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento por escrito.

A estar acompañada por una persona de su confianza y elección.

A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario.

A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.