Siguiendo la estela esotérica del artículo anterior llegaron a mí retazos de mi infancia en las que andando con mi madre por los rincones de La Habana Vieja, encontramos en incontables ocaciones pintorescas ancianas vestidas de gitanas acubanadas, con tabacos y cestas de flores, que proclamaban poder leer nuestro futuro en un pequeño mazo de naipes.
Si bien es cierto que la mayoría de aquellas señoras eran meras actrices poniendo su show a la venta del turismo cautivado por la misticidad de la isla y que muchas siguen allí, en el mismo sitio, o han sido sustituidas por versiones más jóvenes versadas en el mismo oficio; el don de adivinar futuros en las cartas si existe, no sé si provisto por un ente divino que guía al consultante, por una básica lectura psicológica del consultado, o por mero azar; el tarot es una forma de adivinación que acompaña a la humanidad hace siglos, seductor y embriagador mazo de naipes que vaticina nuestro futuro, nos recuerda de nuestro pasado o nos guía en nuestro camino presente leído muchas veces por mágicas gitanas de ojos azabaches.
La baraja de tarot está compuesta por 78 cartas, divididas en arcanos mayores y menores, la palabra arcano usada para denominar los naipes de esta mística baraja proviene del latín arcanum que significa "misterio" o "secreto". La historia sitúa su nacimiento alrededor del siglo XIV y las primeras referencias a este comienzan a emerger en el siglo XV en Italia.
A través de los siglos numerosos ocultistas han intentado demostrar la conexión existente entre el tarot, la cábala y el simbolismo egipcio y según plantean otros investigadores el origen del tarot se encuentra entre los cátaros medievales, quienes eran una variante agnóstica del cristianismo que afirmaba una dualidad creadora, consideraba el mundo material como una obra demoníaca y predicaba la salvación mediante un estricto rechazo a este y en cuya filosofía encaja a la perfección con la esencia del juego del tarot.
Los cátaros fueron considerados herejes por la iglesia, que terminó erradicándolos violentamente a
Los gitanos en su deambular acostumbrado lo adoptaron y promovieron como método para vislumbrar la fortuna y tal vez gracias a ellos el tarot logró sobrevivir a la inquisición eclesiástica, ya que los gitanos no eran un objetivo prioritario en la cruzada de la iglesia, y sus prácticas esotéricas, entre ellas el tarot , lograron escapar de las llamas de la hoguera y sobrevivir hasta nuestros días.
Pero no nos equivoquemos, ya el tarot existía cuando los gitanos llegaron a Europa, a principios del siglo XX en excavaciones realizadas en un pozo del Castillo Sforza, en Italia se encontraron cartas del siglo XV con el típico diseño del tarot marsellés, reforzando la teoría de que el primer tarot nació en Marsella.
Grandes tarólogos como Alejandro Jodorowsky sostienen que sabios de cada religión sellaron los secretos sagrados de la humanidad en los naipes, para evitar que las guerras acabaran con el conocimiento ancestral, en ellas hallamos símbolos de las religiones judía(los 10 botones de la pechera de El Colgado, semejantes a las 10 sefirot del árbol de la vida), musulmana( la tradición iniciática musulmana con el 9 como número sagrado presente en el círculo de 9 puntos del As de Copas)y cristiana( los arcanos de El Papa, La Papisa, El juicio)
Ocultando así durante años los secretos a plena luz del día ,en una baraja que posee el poder de vaticinar el futuro mediante tiradas y posiciones, bajo la luz de las velas, envuelta en incógnita y energías místicas que cautivan e intrigan a muchos.