El Pasajero en Barcelona

Por Martineznotte Alejandro Martínez Notte @martineznotte

El Pasajero es una de las obras más aclamadas de la carrera actoral de Jack Nicholson. El actor hollywoodense se mete en al piel de David Locke, un joven reportero que debe viajar a África con el objetivo de filmar un documental sobre la post-guerra.

Antonioni busca poner en crisis la verdad de toda representación al decidir que su personaje debe adoptar la personalidad de un hombre muerto y acarrear las responsabilidades que esto conlleva.

En este camino por descubrir su verdadera identidad, que comienza a representarse de manera translúcida a medida que avanza la historia, David Locke visita ciudades como Londres, Munich y, finalmente, Barcelona.

Un golpe de suerte inesperado lo traslada a la ciudad catalana, donde Locke renta un coche y se dirige al famoso Transbordador Aeri del Port. La secuencia muestra un recorrido panorámico por la ciudad donde pueden verse sus iconos turísticos como la Torre de San Sebastián y la colina de Montjuïc.

Un recorrido por las obras de Gaudí

Más tarde, el personaje se registra en el hotel Oriental de Las Ramblas, la agitada avenida comercial de la ciudad. David Locke, al detenerse frente a un pintoresco parque, afirma con tristeza que sabe muy poco del arquitecto que lo construyó. Allí se encuentra con una misteriosa mujer que ya se había cruzado en su camino en Londres quién le dice que “el hombre murió atropellado por un tranvía”. Los personajes hacen alusión al mítico Antonio Gaudí, responsable de las obras más famosas de la ciudad.

El parque que visitan es Parque Guell, un escenario soñado que alberga la residencia donde vivía en su juventud. Otra obra paradigmática de Gaudí que aparece en la película es Casa Milá, también conocida como La Pedrera. La forma orgánica de las chimeneas que coronan la azotea construye un escenario surrealista donde Locke vuelve a encontrarse con la mujer.