"El pasajero", Jean Cristophe Grangé

Publicado el 19 octubre 2015 por Valadares
La última novela que apareció por aquí tiene en común varias cosas con la de hoy, últimamente me da de nuevo por la novela negra o de investigación policial y además de autores franceses. Esas son las dos cosas en las que coinciden. Al autor de hoy lo conocía ya por un par de adaptaciones de cine, pero creo que hasta ahora no había leído nada de él y tras esta creo que me pondré con alguna más, porque me gustó bastante. El autor, bastante conocido, es Jean Christophe Grangé y la novela se titula “El pasajero”
Jean Cristophe Grangé es un escritor y periodista francés nacido en París en 1961. Se licenció en Letras por la Universidad de la Sorbona y después se dedicó a la publicidad y al periodismo. Posteriormente fundó su propia agencia de prensa. Su primera novela es de 1994, “El vuelo de las cigüeñas” pero la que empezó a darle reconocimiento fue “Los ríos de color púrpura” (1999). Esta novela fue llevada el cine en el año 2000, protagonizada por Jean Reno. Esta fue la historia que me llevó hace poco a este autor, ya que la película me gustó bastante. Tuvo una continuación en el 2004 con los mismos personajes, pero era algo más floja y no partía realmente de una obra del autor. En el 2003 publica “El imperio de los lobos”, llevada al cine en 2005 con el mismo actor protagonista. Fue también guionista de una intrigante y curiosa película, “Vidocq”, protagonizada por Gerard Depardieu. Otras obras suyas son “La línea negra” (2004), “Los esclavos de la oscuridad” (2007), “Miserere” (2008) o la que os comento hoy, “El pasajero” (2011). Su novela más reciente es “Lontano”, de este mismo año. En todas ellas hay una combinación entre la intriga, los asesinatos y casi siempre una serie de elementos fantásticos que le dan una gran originalidad a todas sus historias.

Como ocurría en el comentario anterior no es fácil dejar esbozado un breve resumen de la historia, porque es de esas que hay que ir desgranando a medida que leemos y contar demasiado sería estropear demasiado una buena historia llena de elementos intrigantes, interesantes y sorprendentes. Una mezcla muy bien trenzada entre una novela negra y un thriller más psicológico que de acción, aunque tiene sus momentos movidos, con más de una persecución y otros llenos de tensión. La verdad es que la cosa funciona bastante bien y aún siendo una novela bastante extensa no lo parece, por esas ganas de seguir avanzando en la historia para poder entender poco a poco qué es lo que está pasando.

La historia gira fundamentalmente en torno a dos personajes. Por un lado la agente de policía Anäis Chatelet. Una mujer de 29 años llena de juventud y vitalidad, con ganas de destacar dentro de un mundo básicamente masculino que le pone las cosas bastante difíciles pero a la que le falta algo de experiencia, además de algunas cosas en su vida anterior que dificultan aún más sus ganas de ascender y hacer las cosas bien. El otro protagonista es Mathias Freire, un psiquiatra soltero y solitario que trabaja en el Hospital Universitario de Burdeos, especializado en casos quizá complicados pero siempre interesantes.Un día que está de guardia Mathias recibe en urgencias a un vagabundo al que la policía encuentra perdido, con manchas de sangre de origen desconocido y aún encima con una aparente pérdida de memoria. No sabe quién es, de dónde viene, qué son esas cosas que trae consigo ni cómo ha llegado la sangre que lo empaña. Tras trabajar un poco con él el doctor Freire se encuentra con un diagnóstico poco habitual y que será un auténtico desafío para su carrera. Cree que sufre una fuga disociativa, un tipo extraño de amnesia en la que el paciente no recuerda nada de su vida anterior pero al mismo tiempo se crea una completamente distinta. Para él todo es coherente y real, pero en cuanto el doctor se pone a investigar descubre que nada de lo que cuenta es cierto, aunque para él si lo sea. Todo esto supondrá un auténtico desafío para un hombre que llegó a ese hospital de Burdeos dos años antes tras el suicidio de una paciente anterior con la que mantenía una cierta relación.Anäis se encuentra en un momento fundamental de su carrera, el que puede decidir si sube, baja o se estanca. Le tocará investigar un brutal asesinato cometido en la estación de Saint-Jean, con una escenografía que recuerda al mito del Minotauro, perfectamente recreado, tan perfecto como macabro y que pronto descubrirá que puede estar relacionado con otros anteriores. No hay evidencias, no hay pruebas, no hay huellas, casi nada con lo que poder trabajar. Ella también llegó a Burdeos un par de años antes y también tienen un pasado, un escándalo que está intentando superar. Y a partir de esto una nota que dice “Yo no soy el asesino” y que llevará a una escalada de situaciones complicadas, una investigación muy difícil y que cada vez abrirá más caminos y cada uno parece llevar a un lugar distinto. Ambos pasarán por situaciones muy difíciles que harán que se vayan conociendo más cada uno a sí mismo y entre ellos.
No se puede contar más porque la novela está llena de giros sorprendentes y una forma de contarnos la historia realmente interesante y original. El avance de cada página hará que vayamos descubriendo algo más o que quizá nos perdamos aún un poco más, pero capítulo a capítulo la historia va cogiendo forma y vamos conociendo un poco más a ambos personajes y en qué están metidos. Como dije en el comentario anterior es de esas que hay que coger y leer y leer porque cada capítulo te llevará a querer leer el siguiente. Más asesinatos, más personales, más situaciones de todo tipo, viajes por otras ciudades y mucho movimiento de los protagonistas, rodeados de otros secundarios que siempre tendrán mucho que aportar. La novela tiene un planteamiento inicial que te atrapa casi desde la primera página y que solo decae, y poco, en algunos momentos puntuales. La originalidad del argumento va creciendo a medida que avanzamos en la lectura y la intriga lo hace al mismo tiempo. En más de una ocasión, como lectores, dejaremos el libro sobre nuestras piernas y nos pararemos a pensar en lo que está pasando, a intentar adivinar por dónde va a salir el autor; en algunos casos acertaremos, pero eso no va a pasar en la mayor parte de los casos. Todo esto hasta llegar a un final sorprendente y muy bien llevado.
Asesinatos, mitología, buenos personajes, intriga, emoción, acción… Todo ello contado de una forma que te lleva a seguir leyendo, que es lo mejor que se puede decir de una novela de este tipo. Está clara la experiencia del autor en el cine, porque es una historia que se desarrolla de un modo muy cinematográfico y es fácil imaginar las escenas a medida que las lees. No sé si tiene prevista versión en la gran pantalla, pero no me extrañaría.
Para mí muy recomendable y el autor queda en la categoría de “voy a leer otras novelas suyas”, no solo por lo que conocía de sus versiones en cine, sino porque me gustó mucho cómo escribe.