Y si aceptamos la premisa que el fútbol es el reflejo de la sociedad, o cuanto menos es una parte de ella misma comprenderéis lo que quiero plasmar en este escrito.
Tonterías mil envuelve el orbe del balompié, y reflexionando concluiremos que no deja de ser una válvula de escape de instintos, en ocasiones bajos, reprimidos en otros ámbitos. Vamos, que sueltan la bestia que llevan dentro. Que si celebrar un gol contra un ex equipo es un acto de ofensa y desagradecimiento para con éste…
Y la última, hubo un tiempo en que cuando algún equipo ganaba un título en el siguiente match el equipo rival le rendía reconocimiento haciéndole un pasillo. Un acto que HONRA al que lo lleva a cabo y en ningún caso lo humilla como parece que quieren propagar no sé qué ámbitos de los medios de comunicación que insultan al gremioal llamarse a sí mismos periodistas. Convertir la espontaneidad en obligación y la amabilidad en humillación dice muy pocos de quienes hacen tal lectura del pasillo. Que cenutrios hay muchosycada vez más lo sabemos todos, pero de ahí a darles carnaza va un trecho. Y más por unos profesionales que debieran tener la obligación de la veracidad y la responsabilidad de crear una conciencia social basada en unos valores que nos hicieran ser mejores personas.
Una cosa es la coña de una viñeta gráfica, que no pretende más que satirizar, caricarutizar la realidad. Pero otra son debates y debates de quienes recelan de esta costumbre por la vil lectura que se hace de la misma. Pero claro hay cosas que venden y otras que no, hay opiniones que venden diarios y otras más sensatas que no consiguen tan inmediatoy vil efecto.
Así que si yo fuera entrenador de fútbol y me preguntaran que por qué no le hago el pasillo al equipo rival les contestaría de malos modos y les remitiría a este post de enrevesada prosa y cuestionablecomprensión.
Hasta otra