Parece mentira, pero cuando ví Cisne Negro salí del cine sin percartarme que la madre de Natalie Portman era la actriz Barbara Hershey. Así que me puse a buscar imágenes sobre ella y creo que su cambio ha sido notable. Habrán pasado años, como es evidente, pero ni de lejos la tenía yo en la cabeza tal y como la ví en películas como El Ente o La Última Tentación de Cristo, por citar dos películas de su filmografía de los años ochenta.
Al final sólo Meryl Streep y Jamie Lee Curtis (bueno hay más, pero no me apetece pensar ahora mismo) van a estar tal y como eran en su momento. Con sus arrugas, como es normal, pero sin un cambio (labios, ojos, etc.) radical que haga que te eches las manos a la cabeza.
Ahora mismo Barbara Hershey cuenta con 64 años en su piel (nació en 1948), pero es obvio que no es el signo de la vejez lo que más destaca en su rostro. Es ése retoque quirofanero que tanto les gusta a los famosos y tanto criticamos los que pensamos que no han obrado bien.
Si bien las imágenes que he puesto en este post son de las películas que he mencionado antes -ochenteras ellas-, el cambio es notable y hace que apenas puedas distinguirla -algo que me pasó a mí tal y como he comentado-.
Fdo: Snake