Ya que para una mentalidad de derechas ser “patriota” consiste en reducir los salarios a los trabajadores, facilitar y abaratar el despido en las empresas e, incluso, dejar en la calle a más gente en paro que cuando el Gobierno asumió el poder. “Patriotas” que engrosan sus beneficios a costa de reducir “gastos” exclusivamente por vía del trabajo, no pagar las horas extraordinarias a sus empleados, modificar las condiciones laborales para no reconocer antigüedad ni estabilidad laboral a los trabajadores, despedir para volver a contratar más barato y gozando de exenciones fiscales, incluir como inversión el gasto suntuario de empresarios y altos dirigentes o lucrarse a costa del empobrecimiento de los más necesitados. Para un pudiente resulta fácil ser “patriota”: es hacerse más rico aún, haciendo recaer las medidas para afrontar una crisis económica en quienes no tuvieron ninguna responsabilidad en su creación. Los causantes de la misma, con la complicidad del Gobierno, culpan a los ciudadanos de “vivir por encima de sus posibilidades” para continuar ejerciendo de “patriotas”.
De idéntica tendencia “patriota” son las medidas implementadas en educación, donde, además de los “ajustes” para la reducción de plantillas y nóminas, se aumenta la “ratio” de alumnos por clase y se limitan las becas para la enseñanza universitaria. Eso sí, se reintroduce la asignatura de religión en el bachillerato, no para adoctrinar (¡Por Dios!), sino para educar en valores… “patriotas”, como buenos católicos, a los alumnos aunque para ello se haya tenido que suprimir previamente Educación para la Ciudadanía, asignatura que impartía valores cívicos y constitucionales, al parecer antipatriotas. Al mismo tiempo, se “encauza” al alumnado, desde antes de tener edad de forjarse un criterio, hacia lo que demanda el mercado: conocimientos básicos, formación laboral, mano de obra sin cualificar y voluntades sumisas, por necesidad, a las imposiciones empresariales, siempre dispuestas a maximizar los beneficios y a minimizar los derechos de los trabajadores. Justo a lo que el gobernador “patriota” se refiere cuando habla de una “devaluación interna”: recortar salarios, costes y demás “gastos” que hacen “insostenible” el derecho a la riqueza de los verdaderos “patriotas”.