El patrón oro: Una distracción ridícula

Publicado el 22 junio 2015 por Liberal

Cuando uno se aventura a entrar en la cueva de los charlatanes embusteros vendiendo la idea del “patrón oro”, te encuentras con unos tipos de personalidad concretos. El más evidente de estos insectos del oro es el del simple vendedor – quizás incluso hasta estafadores. Personalmente, siempre he sostenido que los miembros del Instituto Juan de Mariana son pseudo-economistas y estafadores. No hace falta que yo lo afirme. Cualquier persona honesta que acuda a sus reuniones sabrá que son unos mentirosos que intentan tomarle el pelo a gente que siente mucho miedo, prejuicio y terror en un mundo inestable creado así por las élites y oligarcas que han destrozado nuestros futuros colectivos. Estos estafadores intentan vender a sus lectores y oyentes inversiones en oro o que compren oro.

Su mantra es que el dinero “fiat” nos condena a una apocalípsis hiperinflacionista. Dicen que el “papel moneda” no vale nada. Dicen que la “sociedad se va a destruir”. Solo “los listos” que compren oro saldrán bien de todo esto, los Reyes que se reirán de los tontos que tuvieron fe en el “papel moneda estatista”.

Luego hay algunos de estos conspiranoicos que van más allá de esto y defienden directamente teorías de conspiración. Esta gente añade que no solo habrá hiperinflación, sino que nos van a degradar el cerebro contaminando el agua o que “los bancos centrales están dirigidos por los Iluminati” misteriosos. Idiotas de este tipo los tenemos en ejemplos como
éste islamófobo.

Esta cultura tan perniciosa de la desinformación desarrolla narrativas “fascinantes” que intentan ocultar o desviar de la realidad de los sistemas políticos y económicos en los que vivimos todos. Se inventa cuentos pintorescos cuyo impacto empcional está basado en la paranoia y la desconfianza en nuestras instituciones sociales. En el peor de los casos, cae en lo patológico del arco político.

Estas fantasías a veces afectan a gente normal porque tienen ideas muy básicas sobre cómo funcionan nuestros sistemas. Mucha gente tiene en su cabeza teorías moralistas simplistas y falsas sobre cómo funcionan las cosas y sobre cómo los gobiernos se financian…por ejemplo aquella idea tan extendida y tan alejada de la realidad: el gobierno se financia como un hogar normal, “imprimir dinero” conduce hacia la “hiperinflación”, etc, etc.

Todas estas fantasías tienen algo en común: dan una certeza buscada por la gente en un mundo inestable. Los sistemas económicos y financieros son demasiado complejos y el capitalismo, malamente dirigido, tiende hacia una inestabilidad inherente.

Cuando se sufre esa inestabilidad, la gente necesita narrativas que puedan explicar qué pasa a su alrededor. Estas teorías pueden ser terriblemente equivocadas y dejan sin poder a todos aquellos que se aferran a ellas. Luego son aprovechadas por aquellos que buscan proteger ciertos intereses y para que la gente no haga preguntas realistas pero “peligrosas”.

El origen de estas teorías alocadas

Quizás es buena idea empezar en 1971, el año en que el sistema de Bretton Woods empezó a desmantelarse. El sistema de Bretton Woods ligaba a la mayoría de las monedas del mundo al dólar americano y el dólar americano, a la vez, estaba vinculado al oro. Esto fue un sistema excelentísimo para los EEUU entre 1945 y hasta finales de los años 60 cuando tenía un superávit comercial respecto al resto del mundo.

No fue tan buen sistema para aquellos países en vías de desarrollo que tenían déficits comerciales, estaban endeudados al FMI y al Banco Mundial…arruinando sus economías a través de los famosos programas de “estabilización” que ahora sufrimos brutalmente en el sur de Europa…un sistema forzado por esas mismas instituciones enemigas de la democracia.

Precisamente, lo que permitió a EEUU vivir tan bien en aquellos años fue el endeudamiento y déficit en el resto del mundo.

Ya cuando USA empezó a tener déficits en 1971, el sistema empieza a descomponerse. Los americanos necesitaban importar más de otros países para poder tener su guerra en Vietnam. Después de un tiempo, otros países (Francia el más famoso de los ejemplos) empezaron a pedir a USA pagar sus deudas en ORO.

Sabiendo que esto no era posible, el entonces presidente Richard Nixon movió ficha para acabar con el oro en agosto de 1971. Desde ese momento, casi todo el mundo en la economía mundial opera con el dinero “fiat”…un sistema en el que los estados deciden cuánto dinero imprimir. Los desequilibrios y distorsiones dentro de las economías occidentales continúan.

Estos economistas del “búnker” libegal, ultralibegal, nos dicen que volver al patrón oro iba a resolver todos nuestros problemas. Desgraciadamente, demasiada gente, en la izquierda y la derecha del arco político, establecen una relación entre la suspensión del patrón oro y los desequilibrios actuales. Pero esta relación es en el mejor de los casos espuria. Lo cierto es que cuando ocurrió aquello en 1971, cuando se suspende el patrón oro, los cambios brutales que estábamos viendo en la economía mundial (por ejemplo, el ascenso de gigantes de manufactura como Japón, Alemania y más tarde China) — fuerzas poderosas se aprovecharon de la oportunidad para redistribuir la riqueza de forma radical.

El sistema monetario respondió a esto subiendo los sueldos y de ahí el aumento en el consumo por parte de la “clase más baja” de la sociedad cuando extendieron de forma brutal el CRÉDITO PRIVADO. Ya para el 2008, esta estafa piramidal PONZI colapsó y entramos en el estancamiento brutal que no ha dejado de ser realidad. La desigualdad en la distribución de ingresos aseguró de forma permanente el consumo limitado del 95% de la población en las escalas más bajas de la sociedad…antaño los que consumían y realmente movían la economía basada en el consumo interno.

Distracciones y propaganda

Aunque los embusteros vendan humo (la idea de que volver al patrón oro resolverá todos nuestros problemas), lo cierto es que esa NO ES la solución. Cuando el consumo interno colapsó en el 2008, el gobierno tuvo que gastar dinero para mantener la economía a flote y a los parados alimentados. Un patrón oro simplemente sería un azote contra las finanzas del estado, eliminaría esas ayudas vitales a los más necesitados y la economía mundial caería en picado.

Eso es exáctamente lo que quieren aquellos que están en la extrema derecha, porque podrían entonces imponer sus programas de austeridad mundial como los que sufre España, Grecia, Portugal, Italia y Francia o el propio Reino Unido (sus ciudadanos más pobres). Eso les permitiría desmantelar por completo el estado del bienestar que quede y cargarse los activos de los estados a través de las privatizaciones.

Para poder entender las fuerzas que conducen a la crisis del 2008 que aún se sufre, debemos entender el concepto de la desigualdad económica y de ingresos. Con la riqueza concentrada en solo unas pocas manos, la mayoría de la gente no tiene otro remedio que endeudarse para mantener un mínimo estándar de vida. Si simplemente eliminamos esa fuente para ellos mediante la prohibición de imprimir o crear dinero, el pueblo perderá las últimas dos vías de alivio que quedan: los servicios públicos y el acceso al crédito. Definitivamente, la economía sufriría un brutal colapso. Si queremos tratar los problemas que generan el endeudamiento masivo, debemos tratar la causa directamente: LA DESIGUALDAD.

Demasiada gente es engañada por los cuentos falsos de pseudoeconomistas de búnker libegal. Con miedo y confundidos, empiezan a desconfiar del estado, de sus instituciones y hasta acaban echándose la culpa a sí mismos por el desastre y la pobreza, empiezan a guardar oro (si se lo pueden permitir) y dejan de participar en el proceso político democrático.

Incapaces de comprender los problemas complejos que tenemos, optan por estos charlatanes que se aprovechan y explotan sus miedos así como los mercaderes de las conspiraciones que dirigen su atención lejos de la realidad y hacia fantasías más propias de Hollywood. El oro no es más que una distracción brillante – una mentira destellante que engaña a la gente para que sientan un falso sentido de estabilidad en un mundo inestable. Nuestro mundo es inestable precisamente porque los que están en el poder actualmente así lo han querido y construido. Pero nuestro deber es informarnos y posteriormente, derrocarles, echarles del poder.

¡Otro mundo es posible!