"El pentateuco de Isaac" de Angel Wagenstein. Dos guerras, tres campos de concentración, cinco patrias y... risas. Sí, sí. Risas.

Publicado el 25 mayo 2015 por Paula Lucas @letrasconlasopa

Un libro que se sale del molde habitual del dramatismo y del acabemos-con-toda-la-provisión-de-pañuelos típico de las historias sobre la IIGM, es  "El pentateuco de Isaac"
"No sé porqué la gente es tan tímida para expresar abiertamente delante de todo el mundo su ansía por la otra persona, la más poderosa y tierna atracción natural, en cambio fingen ser orgullosos e indiferentes y no consideran, especialmente si son jóvenes, que las arenas de nuestra vida han sido medidas por Dios hasta el último grano y, que cada cuidadosamente gastado segundo de amor, se vuelve irreversible en la eternidad."
Si alguien me hubiera dicho que me iba a reír a carcajadas con un libro sobre esta cruenta y oscura época de la historia, me hubiera reído, sí, pero en la cara de mi interlocutor. Pero resultó ser cierto y, además, muy ameno y fluido. Y no, no me he fumado nada. Lo juro por Snoopy. De verdad de la buena. ¿Un libro de la IIGM y entretenido? Parecen antónimos, y así es por regla general, pero esta es la excepción que confirma la regla. Wagenstein consigue lo imposible y equilibra ambos elementos como si de toda la vida hubieran ido uno de la mano y partirse el culo con historias sobre la IIGM fuera lo habitual.
Su tono cómico es lo primero que todo el mundo resalta del libro, pero aún así, a mí me cogió por sorpresa. Una que es desconfiada, qué le vamos a hacer. Lo segundo, es que va sobre "la vida de Isaac Jacob Blumenfeld durante dos guerras, en tres campos de concentración y en cinco patrias" Toma ya. Ahí es nada.
También me dice la contraportada del libro que os diga que "esta novela relata el periplo de un sastre judío de Galitzia (antiguo territorio del Imperio Austrohúngaro, actualmente dividido entre Polonia y Ucrania) durante la primera mitad del siglo XX. Debido a los avatares políticos acaecidos en la Europa de la época, Blumenfeld, que nace siendo súbdito del Imperio Austrohúngaro, termina siendo austriaco no sin antes haber sido ciudadano de Polonia, la URSS y el Tercer Reich." Pues no, esta vez no me apetecía hacer un resumen. Vaya por Dios.
Vamos, que todo es así como una dramedy, como dirían los americanos, muy dados a fusionar palabras desde que el mítico Brangelina entró en nuestras vidas. Y es que Wagenstein mezcla comedia y drama con una facilidad apabullante. En medio de un pasaje que en manos de cualquier otro resultaría lacrimógeno nivel Jack-en-Titanic-hundiéndose-a-cámara-lenta-en-medio-del-Atlántico, mezcla el horror y la desesperación de la época con chistes o anécdotas, tremendamente agudas e inteligentes, para desorinarse sobre sus vivencias, cultura y religión judía. Es como si no se tomase la vida más en serio de lo que nadie debería. Y todo so viniendo de un judío en pleno nazismo...
"La fruta de las esperanzas vacías es más amarga que la de la más triste de la verdad"
Un grato descubrimiento. Cambio y corto.
¿Quién lo ha leído? Que levante la mano.