Christian es un niño pequeño y vivaz que de mayor quiere ser cauboi, no siente demasiado interés por las chicas y anda obsesionado por las películas que ve en la tele, los amigos y los tebeos, sin distinguir demasiado bien entre realidad y fantasía. Conforme Christian va creciendo, su visión de las chicas irá cambiando, enamorándose de la hija de unos amigos de sus padres a través de una relación epistolar tan apasionada e irreal como solo pueden serlo las adolescentes.
Blutch no es original y ni falta que hace porque acercamientos parecidos al mundo de la infancia son frecuentes en el Cómic rico en este tipo de obras – “Peanuts”, “Mafalda”, “El pequeño Nicolás”, “Calvin&Hobbes” o “Buen Tiempo” son los primeros que me vienen a la cabeza- pero Blutch como Joe Matt parte de la ventaja de ser el protagonista de su propia historia mostrando un enfoque fresco, mordaz y tierno al que resulta difícil resistirse. Blutch se esfuerza en mostrar la comicidad de la infancia descubriéndose como un autor especialmente dotado para el gag– no en vano se inició en la satírica “Fluide Glacial”- sacando partido a su enérgico y expresivo dibujo en las distintas historias en que a modo de capítulos se organizan los dos álbumes, notándose además cierta evolución entre uno y otro como, por ejemplo, el uso del color en el segundo álbum (aunque a mí me guste más el primero en el que saca un gran partido a sustituir la figura del personaje por sus héroes para reflejar la visión de sí mismo).
Me queda la duda de la capacidad de la obra para conectar con las generaciones posteriores que no estén tan familiarizadas con las costumbres y los referentes que Blutch maneja pero creo que a pesar de ello su humorístico tratamiento y un enfoque que le lleva a reírse de si mismo son suficiente acicate como para agradar a cualquiera (y las notas que Norma añade al final de la obra tampoco vienen nada mal).
En fin, “El pequeño Christian” es un tebeo inteligente, divertido y adictivo en el que Blutch sin despeinarse da buena muestra de su enorme talento antes de acometer molinos de viento posteriores. Un pequeño gran tebeo.