“El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto”, de Miguel Sosa

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto, un diccionario de bolsillo donde Miguel Sosa recoge -no sin humor y una discreta mala baba- una selección de palabras cuyo uso tiene como único objetivo recuperar un mejor lenguaje y, de paso, desarmar al interlocutor.

KSB

Una vez más mi estimada amiga Karina Sainz Borgo me permite utilizar uno de sus artículos que publica en Vozpópuli.com, y lo hago porque, primero escribe muy bien, y segundo porque me gusta lo que escribe.

Cubierta de: El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto

Cuatrocientos veinte millones de hispanohablantes utilizan para comunicarse alrededor de 5.000 palabras. La vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia Española recoge 93.111 palabras. De ese universo total, Miguel Sosa ha elegido 500, es decir, 10% de nuestra modesta ración cotidiana y 0,53% del diccionario. ¿Con qué intención? Pues con una tan ‘loable’ como irónica de ampliar el léxico popular, y en lo que a este libro y a esta nota respecta, convendría tomársela con humor, porque puede que por ahí vaya el asunto.

Se trata del volumen de El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto, un diccionario de bolsillo donde Miguel Sosa recoge -no sin humor y una discreta mala baba- una selección de palabras cuyo uso tiene como único objetivo recuperar un mejor lenguaje y, de paso, desarmar al interlocutor. El lector no encontrará palabras anticuadas. Son 500 palabras comunes a todos, sin prevalencia geográfica, que además vienen ejemplificadas en una selección de citas literarias con alusiones a más de doscientos autores, entre ellos, doce premios Nobel.

“Tengo la sensación de que hay una tendencia a escribir como se habla y la certeza de que cada vez hablamos peor. Hemos renunciado a la belleza y la singularidad”, asegura Sosa; y de ahí la mala baba: ‘Si no quieres acabar como mi madre diciendo alcánzame el ‘éste’ que está en el ‘ése’, cuando en realidad quieres decir “alcánzame el cartapacio que está en el anaquel” debes leer este libro”, asegura Mago More en las palabras introductorias.

Dónde y en qué campos de la vida puede constatarse el deterioro del lenguaje. En muchos y muy diversos: desde las sesiones del Congreso de los Diputados, donde antaño próceres y prebostes se valían del uso del lenguaje como la más afiladas de las dagas a los discursos famélicos que producen en quienes los escuchan una una rusiente sensación de alipori (o vergüenza ajena, que es lo mismo). En un párrafo van ya tres de las quinientas palabras aludidas en el título del libro.

Lector empedernido, Miguel Sosa está convencido de que el lenguaje no se empobrece, quienes se empobrecen son justamente quienes lo emplean, al dejar de utilizar algunos vocablos. Las palabras, asegura, siguen allí. Sólo hay que recuperarlas. Habría que recuperar el blondo para nombrar aquello que parece rubio, o la calipedia como aquel arte de procrear hijos hermosos, la calistenia como el conjunto de ejercicios que conducen al desarrollo de la agilidad y la fuerza física, lo godible como alegre o placentero… Que se haga usted entender, ése ya es otro asunto.

Miguel Sosa Lázaro

El autor:
Miguel Sosa Lázaro. Madrileño, calipédico, dromomaníaco, lector voluntarioso y escritor ocasional, los atascos del nudo de Manoteras y las esperas en aeropuertos y estaciones de tren le han permitido profundizar en sus enciclopédicos conocimientos inútiles.
Vivió y sobrevivió a la movida madrileña desde dentro del inframundo cultureta: es fundador del Festival de Otoño de Madrid de donde egresó para pisar las moquetas del Instituto Nacional de Artes Escénicas y la Música del Ministerio de Cultura; también ha sido Director de promoción y prensa de la Compañía Nacional de Teatro Clásico bajo la dirección de Adolfo Marsillach y dirigido el Teatro Bulevar.

El libro:
El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto ha sido publicado por el sello Alienta Editorial del Grupo Planeta. Encuadernado en tapa dura, tiene 320 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

aladar (Del ár. hisp. *al‘aḏár, y este del ár. clás. ‘iḏār).
1. m. Mechón de pelo que cae sobre cada una de las sienes. U. m. en pl.
Libre quedó,
como el Santo de Pajares.
Sobraron estos renglones
en que hallarás más razones
que en mi cabeza aladares.
Lope de Vega, La dama boba