No es fácil perdonar. Por eso el mero hecho de proponérselo es una gran virtud, un éxito incomparable. Es preciso tener una gran fortaleza de carácter para lograr incorporar el perdón a tu vida.El resentimiento y la ira sólo corroen a quien lo siente. Leí una vez que eran igual que tomar veneno y esperar que otro sea quien sufra las consecuencias. Cualquier emoción fuerte que además seas incapaz de controlar, te ata a la persona hacia quien la sientes y es como un grillete que te impide avanzar. Si es difícil perdonar a los demás, para algunas personas – entre las que me encuentro – es más difícil perdonarse a sí mismo. Pero es condición indispensable para poder vivir sin el sentimiento de culpa que de nada sirve si no es precisamente para desembocar en la liberación del perdón. Sé lo que es sentir rabia hacia alguien y no poder olvidar una mala pasada. Es muy desagradable. Pero también conozco la feliz sensación de proponerme perdonar y olvidar. Procura estudiar el rostro de las personas de una cierta edad. Las arrugas de expresión son un mapa del alma: con sólo observarlas puedes darte cuenta de si la persona es amargada o alegre, si guarda rencores o si perdona con facilidad. La cirugía plástica no hace milagros: corrige lo externo, pero no puede suavizar un corazón convertido en roca.¿A quién has logrado perdonar a lo largo de la vida? ¿Y en el último año? ¿A quién te gustaría poder perdonar? ¿Qué cosas te cuesta perdonarte a ti mismo? ¿Qué vas a hacer para ayudarte a conseguirlo?