Mónica García Prieto
“Todo esto debería ayudar a cuestionarnos cómo es posible que esa “información reservada”, que sucede a diario ante los ojos de los periodistas, sea manipulada –cuando no ignorada– por los medios. A veces por la propia autocensura del reportero, inseguro a la hora de publicar información procedente del ‘otro bando’ cuando la reacción de ‘los nuestros’ es un rotundo desmentido de los hechos. La mayoría de las veces, porque los jefes de redacción saben gracias a los teletipos lo que está ocurriendo ante los ojos de su periodista y le explica el enfoque que quieren que se imprima a la información que el propio reportero está viendo sobre el terreno. Insultante, pero demasiado común. Y sobre todo, por la censura de las redacciones centrales de los grandes medios, propensas a considerar que cualquier información negativa sobre las tropas occidentales en conflicto es falsa, está tergiversada o es producto de las tendencias proislámicas del redactor.