El 19 de diciembre de 2001 apenas existía el periodismo digital en Mendoza. No estaba Mdzol. Diario Uno, en lugar de su punto.com.ar, era un diario estático con el dominio puntonet.ar - que hasta aún hoy utilizan sus periodistas en las cuentas de correo electrónico- armado en las noches por dos empleados de Supercanal, en las oficinas de General Paz, de Ciudad. No estaba Google ni Youtube. No recuerdo si El Sol y Jornada tenían su versión online (creo que no). En Mendoza, sólo Los Andes Online -creado seis años antes del estallido- era el único medio electrónico de Mendoza que desde ese año empezaba a publicar últimos momentos, con un diseño muy precario y sin la posibilidad de incluir fotografías.
Ese 19 de diciembre estaba solo en la Redacción de Los Andes Online. Tenía que hacer la versión impresa y además, por mi cuenta, salir a la calle y tratar de contar algo. A veces no quedaba otra que copiar y pegar algún cable de lo que estaba pasando a metros de nosotros, como éste de Telam, que terminó siendo la noticia principal de la jornada. Y esto me hizo enojar mucho, porque esa noticia tenía que ser de Los Andes y no de una agencia, por lo que a partir de ese momento empecé a entender qué realmente busca un lector en un diario digital: si lo tenés gratis y querés saber lo que pasó en el país, entonces buscalo en Clarín y La Nación, pero si querés saber lo que pasó acá entonces que te lean a vos y no desde un diario porteño u agencia de noticias. En fin, si bien lo técnico no nos dejó respirar hasta dos años después, cuando desde acá se empezó a actualizar al instante un último momento y así podíamos parecernos más a un diario digital de Buenos Aires. Soñaba con la sinergia Internet - Papel, pero en la Redacción muchos preferían escribir cómodos para el día después y tomarse un cafecito en el cuarto piso, mientras la calle nos gritaba titulares de último momento, como siempre lo hizo con la radio.
Recuerdo que tres meses después, los mendocinos se enteraban por primera vez en Internet quién había sido electa esa noche como Reina Nacional de la Vendimia. Y así la bola empezó a correr.