Por Carmen F. Etreros.
El conocido periodista Nico Abad y la ilustradora Rebeca Khamlichi han presentado esta semana en el Museo ABC su primer cuento a todo color La Ballena Azul editado por Legua Editorial.
En las profundidades del Océano Pacífico una sardinita anima a sus compañeras nadadoras a explorar la superficie. El plan es escalar una gran montaña azul, que no es otra que una ballena. Para cuando se dan cuenta de que dicha montaña es en realidad una ballena, ya se encuentran metidas de lleno en una impresionante aventura bajo el mar. Arrastradas por la ballena, descubren un mundo lleno de maravillas que jamás habían podido imaginar.
La Ballena Azul va dirigido a los niños de todas las edades, pero que hará las delicias de los más pequeños. Las ilustraciones, llenas de color y ritmo, crean todo un universo de formas y de divertidos personajes marinos que atraparan la atención y el interés de los lectores. El libro anima a los niños a saber más sobre la vida marina, les despierta su imaginación y capacidad creativa, además de hacerles pasar muy buenos ratos, leyendo y viendo, nadando en este océano fantástico creado de forma magistral por los autores.
@ Alberto Van Stokkum
Nico Abad (1970, Madrid) inició su andadura profesional en la redacción de deportes de Canal Plus. Además de su trabajo como periodista deportivo también ha colaborado en programas de diverso formato, como La Liga Disney Channel y La Hora Wiki de Canal Plus. Ha recibido varios premios por su labor periodística, como el Premio Ondas en 1992 para El Día Después y la Antena de Oro por la mejor retransmisión deportiva en 2014. Los dos últimos años (2013-2014) ha retransmitido para Mediaset el Mundial de MotoGP.Rebeca Khamlichi (Madrid, 1987) no es una pintora. Es una forma de pintar. En su universo conviven a codazos el diseño gráfico y la iconografía religiosa del siglo XVII, los dibujos animados y Michael Haneke, el rosa chicle y las Pinturas Negras de Goya, el Superflat y la copla: algo así como si Doña Concha Piquer se arrancara por haikus. Tiene un galgo con nombre de persona, una gata con nombre de fruta y una casa con nombre de medio de transporte. Pinta en Madrid en una terraza con vistas a los tejados del barrio de Lavapiés. Y lo hace, dice, porque- de momento- los acrílicos se dispensan sin receta médica.