¿Qué es el periodo de adaptación?
En verdad, los periodos de adaptación no son exclusivos de las guarderías y de los colegios. Sino que nuestros instintos humanos, necesitan de un tiempo para adaptarse a cualquier situación nueva. (Si el cambio es para mejor, más rápido nos acostumbramos. Y a la inversa si pasamos a una situación más incomoda).
Podemos describir la adaptación como haría un científico, quien nos dice que se trata de una serie de cambios internos, mentales… que intentan compensar un cambio brusco que ocurren a corto plazo en nuestro entorno. Cuando los niños pasan de estar de vacaciones al colegio o a la guardería, tendrán que equilibrar su entorno con su interior. Para ello necesitarán de un tiempo que varia en función de cada niño. No hay ninguna regla que sea 100% valida para todo el mundo. Con lo que debemos intentar ver las necesidades que tiene cada persona o niño.
La adaptación según su edad
Hay muchos aspectos que van a influir en el periodo de adaptación de nuestro niño. Entre ellos, primero vamos a hablar de la edad que tiene. Ya que aunque cada niño sea diferente, si que podemos encontrar ciertos parecidos según la edad que tengan los niños. Así empezaremos con los niños de guardería, los cuales pueden ser desde los 4 meses de edad, hasta los 2 años (ya que la adaptación se hace en septiembre y aunque acaban con 3 en el principio del curso en la guardería, lo que más tendrán será 2 años de edad).
- Desde los 4 a los 7 meses: A todos los padres nos cuesta mucho desprendernos de nuestros bebés de tan solo unos meses para dejarlos en manos de otra persona y rodeado con otros bebés. Con lo que en verdad, cuando hablamos de bebés tan pequeños, podemos decir que los que necesitan más periodo de adaptación suelen ser los padres. Ya que ellos no suelen tardar nada en acostumbrarse a su nuevo hábitat. Los bebés tan pequeños, aun no han conseguido desarrollar tanto el apego como los niños que superan los 8 meses. Y en verdad lo único que quieren es que alguien cubra sus necesidades básicas de higiene, comida y siesta. Con lo que nos damos cuenta que aunque meterlos tan pequeños es muy duro para nosotros, para los bebés es lo más fácil y cómodo (en cuanto a adaptación a la guardería).
- Desde los 8 a los 14 meses: Aquí ya nos encontramos con algún problema más. Ya que los sentimientos y el apego que sienten por sus padres o abuelos, es muy fuerte. Ya les reconocen muy bien y la mayoría está muy acostumbrado a tenerles siempre ahí, si no es a uno al otro. Por lo general suele ser el peor periodo en el que podemos hacer la adaptación. Uno de los inconvenientes que también hay durante este periodo de edad. Es que el niño está en un punto clave. Aun no es capaz de entender grandes conceptos. Con lo que nos costará mucho que entienda la situación que ha empezado. Y por otro lado, además el niño no es capaz de hablar y trasmitir lo que en ese momento puede querer. Con lo que el niño se sentirá más impotente. Si tu niño tiene esta edad y va a empezar la guardería no te estreses. Que sea el periodo más complicado no quiere decir nada. Al fin y al cabo la mayoría de los niños se adaptan en cortos periodos de tiempo. Si nuestro niño es muy dependiente, lo mejor es que hablemos con la profesora de la guardería unos días antes y que nos den sus pautas para preparar al niño antes de empezar en la guardería.
- Desde los 14 meses a los 32: Podemos decir que son los mayores. Aunque hasta los 20 años estamos hablando de niños que entran en la clase de 1 a 2 años y el resto serán de la clase de los mayores (de 2 a 3 años). El cerebro de estos niños ya está mucho más preparado para entender y analizar las diferentes situaciones. Ya te encuentras niños que te debaten de por que se quieren ir con papá. La capacidad de entender es nuestra mejor arma. Ya que podemos dar vueltas para conseguir que entiendan que tienen que pasar un ratito y luego vendrán a buscarle sus padres. La mayoría de estos niños no supone ningún problema el adaptarse. Aunque es verdad que si es un niño complicado, la cosa cambia y al igual que utilizamos los razonamientos para convencerlo y conseguir que se sienta a gusto. El lo utilizará para luchar contra la adaptación. Aunque son los que menos.
Conclusiones de la adaptación.
- No existe un método perfecto para hacerlo. De hecho el éxito radicará en la observación de los niños. Si intentamos conocer al niño, por que no está bien, cuales son sus gustos, por donde entrarle. Si conseguimos que el niño sienta apego por la educadora, habremos conseguido mucho. Aunque luego tendremos que quitar la dependencia para que pueda jugar libremente, disfrutar y aprovechar el tiempo. Al fin y al cabo con los ratios que marca la legislación, es evidente que una profesora no puede estar permanentemente con un solo niño.
- También debemos distinguir entre los periodos de adaptación de un niño nuevo que de un niño que ha estado de vacaciones. Los cuales también ocurren. Después de un buen tiempo disfrutando de las vacaciones, con unas rutinas mucho más libres, con sus padres casi todo el tiempo. De repente volvemos a meternos en las rutinas y encima, cuando volvemos a la guardería, nos encontramos con que tiene que ir a otra clase nueva (la de los más mayores) y con una profesora diferente a la que tenia el año anterior. Algo que en verdad será de buena ayuda para cuando el niño tenga que asistir al colegio. Por lo general, les suele suponer mucho menos esfuerzo aunque si que pasan un tiempo un poco mal.
- Pero lo más importante es que no te preocupes hasta que la tengas que hacer. Es muy probable que tu niño no necesite nada de periodo de adaptación en la guardería. Y nos estemos comiendo la cabeza. Hay una cosa que siempre me llama mucho la atención. Por muchos niños que haya visto y a los que les haya hecho el periodo de adaptación. En un gran número de casos me equivoco en la primera visita a la guardería. Muchos de los que nos creemos que van a pasar un mal rato, luego son los que mejor se integran. Y otros niños que parecen muy sociables, en cuanto mamá sale de la guardería son los que peor lo pasan. Como decimos no hay una ley que marque absolutamente nada.