El perro mestizoTodos los días un perro mestizo salía debajo de un puente a caminar por las calles de la ciudad en busca de comida. Cansado de tanto caminar y con hambre, entró al jardín de una casa y se tumbó bajo la sombra de un árbol; pero segundos después el niño Daniel salió a jugar al jardín y al verlo le dio comida. Desde ese día se hicieron muy buenos amigos y cada tarde jugaban con una pelota.
Una tarde, Silvia vio al perro jugando con su hijo y muy enojada cogió un palo y lo echó del jardín.
Daniel triste y llorando dijo:
_ ¡Mami, no lo eches, es mi amiguito! ¡Podemos adoptarlo y ponerle un nombre!El perro comenzó a alejarse… pero detuvo sus pasos por un minuto para mirar hacia atrás conla esperanza de que le dieran un hogar. Al final se fue con el filete en la boca que le había regalado Daniel.
Pasaban los días y cada tarde el perro seguía yendo al jardín, pero Silvia siempre lo echaba.Una mañana, Silvia y su hijo paseaban por el parque y de repente vieron un gran perro que se acercaba corriendo hacia Daniel. Desesperada, Silvia miró para todos los lados para ver si veía a alguien que les pudiera ayudar, pero para su sorpresa, delante de ellos, apareció el perro mestizo y se puso a pelear con el gran perro. Daniel y su madre preocupados no sabían qué hacer, pero segundos después el gran perro se marchó dejando al perro mestizo tirado en el suelo muy mal herido. Rápidamente Silvia lo cogió entre sus brazos y lo llevó al veterinario. Allí tardó un mes en recuperarse de las heridas.Al final Silvia comprendió que el prejuicio forma parte de la ignorancia y que para adoptar a un perro no importa la raza.Autora: María AbreuPorque no hay acepción de personas para con Dios ( Romanos 2:11)
Partes del cuento(para niños de primaria)Introduccióndel cuentoDesarrollo del cuentoFinaldel cuento
¿Te atreves a inventar un cuento?