Tapas, más clásicos
En la gran parte de las regiones de España, la tapa es la estrella de los aperitivos. Los mariscos son perfectos para tapear, especialmente los mejillones, los chipirones, los calamares, los berberechos, los boquerones en vinagre o las gambas. Son platos de siempre que no necesitan gran complicación al consumirse directamente de la lata al plato. Aunque es de resaltar que deben ser de alta calidad para que el sabor sea el esperado.
Brochetas
El pescado de mar permite jugar con los ingredientes para crear platos originales. Un claro ejemplo son las brochetas. En este caso, podemos mezclar langostinos con trozos de verduras, sepia a la plancha con manzana, trozos de rape con salmón o pulpo e intercalar hortalizas. Es mejor no recargar demasiado las brochetas, deben ser ligeras y poco contundentes.
Aperitivos más elaborados
Si bien no son un descubrimiento, las albóndigas y las croquetas de pescado acaban siendo aperitivos deliciosos. Son algo más complicadas de realizar, pero están buenísimas. Algunos ejemplos son las croquetas de bacalao, de salmón o las albóndigas de bonito y de gambas.
También se pueden crear entrantes algo más elaborados, que tienen que ver con las sopas de marisco o de pescado. Las haremos anteriormente y las volcaremos en pequeños vasos a modo de chupito. Otros aperitivos son los hojaldres de pescado, las cocas de sardinas, pequeñas crepes de atún, el salpicón de marisco y hasta los pescados marinados que podemos elaborar en forma de carpaccios.
Cremas y patés
Un aperitivo especial es la crema de pescado, que serviremos como pequeños bocados. Y, como no, la elaboración de patés a partir de pescados triturados. Ello dará lugar a cremas de anchoas, de atún o de salmón para poder untar en pan o en los montaditos a los que incorporaremos otros ingredientes.