El pescado en la dieta de nuestros hijos

Por Pequelia @pequelia

El pescado es un alimento importante para una dieta saludable, ya que contiene proteínas de alta calidad y otros nutrientes esenciales. Los niños, que deben ser educados en hábitos saludables, pueden comer, en general, cualquier pescado. Aunque siempre es mejor el consumo de pescado fresco del día, también existe una gran variedad de pescado congelado que puede ser adecuado para los niños.

¿Cuándo introducir el pescado a nuestros hijos?

Existen dos grupos de pescado, el pescado blanco y el pescado azul. El pescado blanco se puede introducir en la dieta de los niños a partir los 8 meses, ya que se ha demostrado que su introducción tardía no previene la aparición de alergia. El pescado azul, dado que es más graso, es conveniente introducirlo más tarde, a partir de los 18 meses; es muy importante en la dieta de nuestros pequeños, ya que es rico en ácidos grasos omega 3, fundamentales para un adecuado desarrollo neurológico y visual.

¿Hay que preocuparse por los contaminantes y toxinas?

En los últimos años hay una creciente preocupación por la contaminación de los mares por metil-mercurio. Este metal, perjudicial para un correcto desarrollo del sistema nervioso, está presente en casi todos los pescados y mariscos, aunque no de manera preocupante para la salud de los niños. Las especies de mayor tamaño, por tanto, con unos mayores niveles, como son pez espada, tiburón, atún rojo (Thunnus thynnus) y lucio, son las que debemos evitar en población sensible. El Ministerio de Sanidad recomienda evitar estas variedades de pescado en mujeres embarazadas o que pudieran estarlo, madres en período de lactancia y niños menores de 3 años; para niños de entre 3 y 12 años su consumo se debe limitar a 50 g/semana o 100 g/2 semanas.

Otros pescados que, por el bien de nuestros pequeños, no se deberían dar entre 0 y 3 años son:

  • Panga (Pangasius Hiphotalamus): Muy similar al lenguado o fletán. Es producto de la acuicultura, habitualmente originario en Vietnam. Aunque cumple todos los requisitos fitosanitarios exigidos por la UE, análisis posteriores realizados por laboratorios españoles presentan índices considerables de cólera, malaquita verde y listeria.
  • Perca del Nilo (Lates Nilóticus): Se suele ofrecer como mero o cherne. De carne rosada o anaranjada, tiene un sabor suave. Es producto de la acuicultura, con origen en Uganda, Ruanda o Tanzania. Aunque cumple todos los requisitos fitosanitarios exigidos, análisis en laboratorios españoles presentan índices considerables de cólera, tifus, malaquita verde y listeria.
  • Pargo (Pagrus pagrus): Es muy similar al filete de dorada, de color ligeramente rosado. Es producto de la acuicultura, de origen en el Sureste Asiático y Brasil. Aunque también cumple todos los requisitos fitosanitarios exigidos por la UE, análisis realizados por laboratorios españoles presentan índices considerables de tifus, malaquita verde, difteria y cancerígenos, como nitroamoníacos y fluoroquininolona.

Otro problema que nos puede preocupar como padres en relación al pescado es el parásito anisakis. Las especies más afectadas son bacaladillas, merluzas y pescadillas, caballas, japutas y en mucha menor medida, sardinas y boquerones, en los cuales el riesgo es mayor por su consumo habitual en vinagre. Para prevenir es importante realizar su evisceración y limpieza inmediata observando si el parásito se encuentra en las tripas del animal. Si el pescado se va a destinar a su consumo crudo o semicrudo, la mejor medida de precaución en su congelación durante 24 horas a -20ºC. En el caso de congeladores domésticos, que no alcanzan esas temperaturas, el tiempo de congelación debe ampliarse a una semana. El consumo de pescado cocinado, frito, a la plancha o cocido no representa ningún tipo de riesgo, siempre y cuando el alimento esté bien preparado.

¿Es importante la forma de preparar el pescado?

Indudablemente, también es importante tener en cuenta la forma de preparar el pescado. La cocción al vapor y a la plancha son las formas más saludables de hacerlo, evitando los fritos y rebozados, más asociados al desarrollo de obesidad infantil. Siempre hay que intentar prepararlos de una manera vistosa, para que les resulte atractivo y apetecible.

Por último, debemos tener en cuenta que, para que nuestros niños coman pescado, deben vernos hacerlo a nosotros, ya que en la alimentación infantil influye en gran medida la educación y los modelos que ven en casa.

Escrito por: Dra. Matilde Zornoza – Pediatra.

Escuela Infantil Mis Primeros Pasos (Avenida de Europa 23 – Murcia)

Fotos: Pixabay (1 y 2)

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