En este último tramo, se preocupaba de que no se deslizara con los vaivenes de la máquina, de modo que no fuera a lastimar a los otros viajeros.
¡Qué clara metáfora de la vida, pensé!
Cada persona se hace cargo de su vida, se responsabiliza de ella, la cuida y la protege, y procura no dañar la de los demás.
Lo malo es cuando alguien lleva un maletón, haciéndose responsable de equipajes que no le corresponden.
Moraleja: maletín, en lugar de maletón.
A cada cual, lo suyo 😉