La insensibilidad del hombre es la causante de que el mundo sea un lugar en el que lo imaginado o lo virtual aparezca más bello que lo real “…se colocó el casco virtual… Era una antigua selva tropical… hacía casi un siglo que se habían extinguido todos los grandes simios…”
Y el fanatismo del hombre es el causante de la destrucción. Bruna Husky es la encargada de ir al reino de Labari, un anillo estratosférico que se rige por las ideas fundamentales del cristianismo y del islamismo, para descubrir unos asesinatos que al parecer están relacionados con casos de radiactividad en habitantes de La Tierra, como el sucedido a Gabi. En Labari las mujeres no tienen derechos, sometidas a la voluntad del hombre son felices en su condición de esclavas, por eso Bruna irá disfrazada de jugadora de baloncesto con Daniel Deuil, un táctil que recomiendan a la protagonista para que se relaje y quien con el poder de su mente logra que Bruna lo desee y le diga “te quiero”, pese a que éste sea para ella un sentimiento imposible. Husky no puede pasar sin el sobón aunque recele de él “Había algo demasiado esotérico, demasiado místico en el sobón”.
Una vez en Labari la aventura se complica y ya nada será lo que parecía en un principio. Pero Bruna irá encontrando personas y replicantes diferentes que la ayudarán en su encargo. Replicantes como Carnal o Clara Husky que morirán durante la misión, personas como Mikael, el matemático inteligente que ha decidido vegetar por los efectos de las drogas para evadirse de la basura que le rodea, o como Lizard, el policía que va a buscarla para salvarle la vida.Entre todos consiguen tapar Onkalo, la cueva llena de residuos radiactivos con los que Labari podía subsistir; para ello matarán a la Viuda Negra, que quería negociar con la venta de material radiactivo, y a Daniel Deuil que resulta ser un labárico infiltrado en la Tierra para obtener el desactivador de la radiación.
Novela entretenida, bien escrita y reivindicativa, como Rosa Montero, de un mundo democrático en el que podamos convivir respetando, sobre todo, el entorno natural que tanto bien nos hace.