Hace unos días acabé 'El peso del corazón', la nueva novela de Rosa Montero. Ambientada como 'Lágrimas en la lluvia' en un futuro muy futurista pero, terriblemente, real y factible. De hecho, aspectos que en el primer libro parecían imposibles, los hologramas por ejemplo, ya son más que realidades y a los hechos me remito. Por no hablar de los problemas en el control de robots, que también comienzan a aparecer y que la propia autora se encargó de mencionar hace poco en su cuenta de Facebook, o del mismo tema del que trata esta última novela, y que es por completo verídico, como Montero señala en el epílogo.
Que los tiempos avanzan que es una barbaridad y ni nos damos cuenta, coleguis. Que Cine de Barrio sigue en nuestras pantallas hablándonos de un ayer ingenuo en el que los avances tecnológicos eran una utopía pero la realidad es otra. Ya estamos viviendo esa utopía, controlada por aquellos que poseen los dineros.
La novela es sobrecogedora y mucho más extensa, en todos los sentidos, que su predecesora. Amplía escenarios y nos presenta el reino de Labari (fastuosa imaginación la de Montero) y amplía también temática, llevando más allá el mundo de Bruna. Una Bruna cada vez más angustiada por lo inevitable, pero, al mismo tiempo, cada vez más humana.
Que me ha encantado, vamos. Y asustado también, para qué mentir.