El placer de las cosas sencillas

Publicado el 22 julio 2014 por Salva Colecha @salcofa

Cuánto tiempo hace que caminas como sin rumbo por la calle y no te paras a ver un atardecer, escuchar la lluvia (bueno eso es porque no llueve, al final los viejos contarán a los nietos que llover consistía en que caía agua del cielo) o respirar un poco de aire en el parque? ¿Cuánto hace que no quedas con los amigos simplemente para charlar, con los móviles apagados (si, tienen un botoncito en un lateral para hacerlo), verse las caras sin webcam y compartir unas sonrisas más allá de los emoticonos del Whatsapp que nos tiene secuestrados a todos? ¡Pues todas esas cosas son gratis!.

.

Estamos enfermos y no lo sabemos. Hace demasiado tiempo que ya sólo parece que los yoguis y los grandes ascetas disfrutan y son felices sin tener la necesidad de acumular más y más cosas que una vez están en nuestras manos descubrimos que no nos hacen felices sino más bien lo contrario, nos esclavizan y se transforman en un puente para conseguir algo más grande y exclusivo. Queremos el último modelo de artilugio “buenoparanada” porque estás seguro que si acabas consiguiéndolo vas a ser “lo más”, hipotecas hasta a tus nietos por conseguirlo, pero “ná” te sientes igual de pringado. Lo que parece claro es que algo hacemos mal, ya no es la búsqueda de la felicidad lo que nos mueve sino el gustirrinín ese que nos da (humanos que somos) tener más que la vecina del quinto, enseñarlo y que le reconcoma la envidia cochina.

.

¿Alguna vez has llegado a pensar que no necesitamos casi nada de lo que nos meten en la cabeza para tener una vida agradable? Igual esta es la gran trampa del capitalismo salvaje que vivimos. Con ella nos tienen atrapados por el pescuezo, nos han hecho creer que la vida se reduce a una lucha por amontonar, al estilo Diógenes. Nos hemos transformado en simples robots que mueven la rueda para retroalimentarla una y otra vez, hasta el infinito. Ha sonado muy raro, me explico: Nos matamos trabajando por unas monedas (que en realidad no tienen más valor que el que les dan los capitostes), con ellas compramos muchas veces cacharros inservibles que otros robots fabrican, nos quedamos sin blanca y seguimos trabajando para conseguir más monedas y vuelta a empezar. Es una rueda no muy distinta a la de los Hamsters, pensémoslo.

.

Ahora que estamos en verano, que las horas parece que se alargan un poco más y que muchos se marchan de vacaciones igual es un buen momento para intentar volver a las

Foto de Arturo Part Martín

cosas sencillas, a las cosas que no requieren ni complicaciones, ni gastos ni siquiera WIFI de Gowex. Cosas como parar en un banco al atardecer (de los de sentarse que los otros dan grima) y disfrutar de una puesta de sol, sucede a diario pero la pantalla del Iphone no nos deja ver. Entonces descubriremos que la felicidad no entiende de ideología, ni de economía, ni de bolsa ni de hipotecas ni del FROB. La felicidad es más simple que todo eso, está en nosotros, hemos de saber cultivarla con cosas simples y humanas que al final son las que nos llenan. Entonces descubriremos que la vida no es un asco, como nos están haciendo creer incrustándonoslo a martillazos en nuestro ADN para así hacernos sentir desgraciados y mantenernos aborregados a su merced.

.

Hoy quisiera desearos de todo corazón que seáis capaces de encontrar ese momento de paz y felicidad que os merecéis, esa puesta de sol que llene vuestras almas. Yo voy a intentarlo, me hace mucha falta.

Quiero daros las gracias por casi dos años ininterrumpidos acompañándome desde vuestras pantallas. Muchas gracias. Os repito lo de siempre, porque de verdad lo creo, sin vosotros este blog no existiría. También quisiera deciros que me marcho, me marcho de vacaciones unos días (no vayais a pensaros que os libráis de mí tan fácilmente, que soy muy pelma) Si os apetece, nos vemos por estos andurriales el próximo 27 de Agosto (anda, una cita). Volveremos con más fueza y alguna novedad!