La re-reelección de Weretilneck "es necesaria para estabilizar a Juntos", sinceró el vice Pedro Pesatti. Al expuesto propósito siguieron las censuras de la oposición y la inquietud del oficialismo. Reflotó la intención de reforma constitucional, que el gobierno posterga porque su concreción requiere inicialmente de fortaleza. Sólo un triunfo en octubre permitiría el intento de la continuidad.
Así, la confesión de Pesatti fue inoportuna para JSRN. Enrareció una urgencia presente: aprobar rápidamente el plan Castello, que es el núcleo electoral de Weretilneck. Ese instrumento garantizará obras y aportes a los municipios.
Antes de partir a China, el gobernador pidió que el proyecto se trate en la sesión del 24. Él volverá un día antes y se ocupará de los toques finales. La negociación quedó en Pesatti, Alejandro Palmieri y Facundo López, quienes tienen propuestas de cambios del FpV. ¿Qué aceptarán? El manejo de los fondos irá a un Fondo Fiduciario del Banco Nación, abandonando la idea de Río Negro Fiduciaria, siempre con dudosa rigurosidad en el resguardo de los destinos. Otra concesión sería que las asignaciones a los municipios no sean reintegrables, con esquemas diferenciales, porque el oficialismo no quiere liberar totalmente a los municipios mayores de las restituciones. Pueden existir otras reformas, pero si habrá celeridad. Tiempo no sobra. Economía advierte que no hay experiencia en este tipo de emisiones y se necesitarán cuatro a cinco meses. La colocación del bono en dólares no debe pasar de la primera quincena de octubre por los riesgos y previsibles fluctuaciones del mercado poselecciones.
Frente a la mayoría especial, el oficialismo requiere cinco o seis votos ajenos. Cuenta tres de los bloques menores, y busca al resto en el FpV. Esta incursión sitiará a esa bancada. Su salida radicaría en otorgar "libertad de acción" a sus miembros y no forzar una postura única del bloque, que no se logrará. Valdrá la actitud de Martín Soria. No será él quien aliente ese quiebre, previo al proceso electoral. Priorizará sostener ese armado legislativo, sabiendo de la existencia de voluntades peronistas -incluyendo intendentes- proclives al plan gubernamental.
Lograda la ley Castello, el gobernador dispondría de nuevas "promesas" para sus anclajes en cada pueblo. Nación aportará otro elemento de inicial jaleo. En China, el presidente Mauricio Macri firmará este miércoles convenios de financiamiento para la construcción de dos centrales nucleares de generación de energía eléctrica. La primera será cerca de Zárate y la segunda en Río Negro.
El año pasado, el ministro de Energía, José Aranguren, notificó al gobernador que revisó ese programa con equipos del Invap. El estudio de su localización lleva seis meses. La conclusión se sabrá esta semana en Sanghái. Cinco ciudades rionegrinas figuran como posibles sitios. Todas garantizan costas de ríos o de mar, y aseguran estar fuera de áreas sísmicas. ¿Sierra Grande? Era una posibilidad, relativizada recientemente.
Ya asoman temores ambientales y fuertes resistencias a la central nuclear. Serán las aristas del debate que se viene con la contracara de los efectos económicos. Nación reserva datos para su defensa: la inversión llegará a los 8.000 millones de dólares, la construcción durará de cuatro a cinco años y se ocuparán 4.000 obreros. Su empleo permanente rondará los 800 empleados, de alta capacitación y salarios, proyectando una inyección anual de 500 millones de dólares en la región elegida. Con el anuncio, Río Negro caerá en un gran meneo y exigirá posicionamientos. Y Weretilneck ya está ubicado para capitalizar esa fastuosa aspiración energética.
Antes, un retrato político dejarán hoy las elecciones en nueve municipios. Es un contexto reducido, pues ese padrón local equivale al 4% del provincial. Igual, añadirá factores y trazos a la marcha hacia el 22 de octubre cuando, finalmente, la dirigencia traspase ilusiones o frustraciones.