Jesús Silva R.
El plan terrorista es llegar a 100 muertos porque eso puede generar una intervención extranjera contra Venezuela con la justificación de que ya no existe gobernabilidad en el país y se desató una matanza incontrolable entre cientos o miles de conciudadanos. En este contexto hay que detener a los terroristas con la fuerza de la Carta Magna antes de que estalle el escenario fatal previsto por la MUD.Ver video en YouTube: Matar pidiendo elecciones es terrorismo – https://www.youtube.com/watch?v=TUrPjBq-pvs
Nótese que el mensaje sádico de los terroristas (mal llamados insurgentes armados o guarimberos) a nivel nacional es: “te mato, te lesiono y destruyo todas tus cosas hasta que salgas a la calle conmigo a matar, lesionar y destruir a otros hasta que también nos apoyen”.
Pues les cuento que gracias a la Guardia Nacional Bolivariana mi familia está viva porque semanas atrás fueron rescatados de una cola de carros generada por una multitud de guarimberos que trancaron la vía pública en Caracas con el firme propósito de incendiar vehículos de gente inocente.
No le importaba a estos terroristas asesinar mujeres y niños indefensos en su protesta “democrática” porque entiéndase bien cuando sujetos lanzan bombas molotov (botellas llenas de gasolina y prendidas en fuego) contra los vidrios de los carros o al interior de los mismos no pretenden simplemente asustar a la gente o romper esos automóviles sino que están usando artefactos capaces de provocar instantáneamente incendio, explosión, lesiones graves y muerte de seres humanos.
Pues gracias a soldados patriotas que intervinieron con sus escudos, tales botellas no alcanzaron su objetivo: mi familia y otros venezolanos allí presentes. A pesar del desprecio por la vida ajena que estos asesinos (notablemente drogados y pagados por irresponsables dirigentes políticos) evidencian mediante sus actos criminales, no los odio sino que siento infinita lástima por ellos y espero que el Estado logre controlarlos para que no sigan matando y lesionando a gente indefensa.
Son asesinos a sueldo pues como decimos los expertos en Derecho Penal: la potencia del medio o arma empleada expresa la intención del atacante aunque éste no se logre el resultado, es decir, hay Animus Necandi (ganas de matar), por ejemplo, quien estrella un bate de béisbol en tu cabeza y milagrosamente no te mata jamás podrá hacerle creer al juez que su intención era solamente despeinarte.
Sépase que las guarimbas no son una manifestación espontánea de vecinos opositores o muchachos enfurecidos sino que son sujetos entrenados para desplazarse agarrados de brazos como un sólido bloque de a veces cien o más miembros para desbordar, superar y si es posible matar, a los contingentes de GNB y PNB. Es decir, se trata de una unidad táctica de choque paramilitar orientada desde techos de las casas o partes altas por sujetos adiestrados que dan la señal de cuando avanzar, compactarse como sólido bloque, atacar o retroceder dependiendo de la situación y número de soldados o policías a los que se enfrentan en un momento determinado.
En este escenario, matar a un “aguacate” (expresión típica de odio guarimbero contra efectivos de la GNB que los compara con una plasta verde de estiércol) es visiblemente un trofeo para los terroristas guarimberos y sus jefes (tal vez les paguen un bono por tal acto). Por eso les lanzan sus molotov al rostro para fracturarlos y a los pies para incendiarlos. No rara vez un “pepazo” (tiro) porque algunos andan “calzados” (portan arma).
En resumen, condenar las guarimbas va más allá de ser chavista o ser opositor, es una obligación ciudadana rechazar el terrorismo y buscar resolver las diferencias por vías pacíficas y constitucionales. Asimismo, la respuesta del Estado debe ser el despliegue de una contundente política antiterrorista. Y sobre todo la herramienta principal para la paz: Constituyente ya Escritor, constitucionalista y militante marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en la UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com
jesussilva2001@gmail.com @Jesus_Silva_R